Este año para darle algo extra
movimos la regular fecha de Julio para agosto, del 19 al 22 ¿por qué? Este año
se celebraba majestuosamente un festival al que no nos queríamos perder, el 20
aniversario de Stone Brewing Company así que lo hicimos coincidir con esa fecha
¿valió la pena? Si a todo, si a pinches T O D O. Aquí la tradicional bitácora.
Este año por practicidad llegamos
Mudo y yo a Tijuana un día antes para poder recibir directamente a los #beerlievers en el aeropuerto junto a
Mike Medina de “Amante de la Buena
Cerveza” con el que organizamos este tour. Desafortunadamente Miguel no nos
pudo acompañar pues se encontraba enfermo (y sospechamos que sus ex compañeros
lo envenenaron, pero ese es otro tema). Llegamos al aeropuerto, esperamos que
todo el grupo estuviera reunido y nos lanzamos directo a la línea para cruzar
hacia nuestra primera parada comer en el Slater’s 50/50 sin olvidar nuestras
camineras en lo que llegábamos hasta allá (nada más había Ballast Point en el
7-11, así que nos llevamos unos 6packs de Sculpin y Dorado).
El Slater’s 50/50 está en
la ya familiar zona de Liberty Station, al llegar afortunadamente aún era
temprano por lo que no tuvimos complicaciones para encontrar mesa para tantos.
Aquí la especialidad son las hamburguesas que como dice su nombre son una
mezcla 50-50 de carne y tocino y DIOS MIO que hamburguesas, sólo una paseada
por encima al menú y ya estaba salivando. Lo mejor es que con cada una de sus
hamburguesas recomienda que estilos de cerveza combinarlas lo que hace más
sencilla la elección. A si es cierto, no he hablado de la cerveza. Nomás para
que se den una idea hay 98 taps con cervezas de barril, más selección bien
curada de botellas. Sí, es difícil decidir que cerveza pedir con tantas opciones,
pero entre la opción de pedir “flights” y que el menú te recomienda estilos
para tu comida simplifica mucho. Yo personalmente tomé la decisión profesional
de pedir pocos samplers y pedir mejor
por medias pintas o completas, al fin que ya pasé mi etapa de “probaditas” y ya
iba con una actitud más de fiestiña así que me pedí para abrir garganta en lo
que llegaba mi hamburguesa una Beatitude Tart Saison con guayaba de Council
Brewing (los
visitamos el año pasado, BTW) y para la comida ordene una hamburguesa de
tocino con carne de bisonte, queso suizo, mermelada de jalapeño (aunque no
22-12) y pan de trigo con miel y siguiendo la recomendación pedí para acompañar
una Brown Ale, Moose Drool de Big Sky Brewing, excelente combinación.
Terminamos de comer y algunos #beerlievers fueron a tomarse fotos con la
hamburguesa gigante, al parecer todos quedaron muy satisfechos con su comida y
las cervezas, gran lugar que muchos exigen regresemos el próximo año.
La siguiente parada fue otro ya
clásico de este viaje y que sigue siendo mi parada favorita, Modern Times Beer,
está muy cerca de donde estábamos así que el viaje no tomo más de 5 minutos. Al
llegar era como sentirse en casa (bueno más o menos, porque enfrente había un
taller con su letrero de apoyo a Trump y como mexicano me sentí en que era
mejor no cruzarnos la calle, gracias, xenofobia) y como comentábamos un par de
veces, se siente muy chingón que lugares a los que vamos cada año se note un
gran crecimiento de infraestructura, equipo, personal, en fin, todo. Siguiendo mi
orden ejecutiva de sólo pedir pintas elegí Oneida, una de las mejores Pale Ale
que he probado en San Diego y que afortunadamente me toca cada que voy (y
spoiler, ahora que llega Modern Times legalmente a México sé que esta va a
llegar pronto también). Le seguí con una nueva que vi mucha gente llegaba y
compraba por cajas y se iban, Attack Frequency una IPA que parece atole, pero
por su agresiva adición de guayaba y chabacano, esto señores, esto es lo que
sigue, fue deliciosa. Pero de las varias cosas que probé entre cervezas y cafés
la mejor fue sin duda Symmetric Orchestra, una American Wild Ale añejada en
barrica, es todo lo que quiero llegar a hacer, notas del brettanomyces muy intensas, acidez balanceada y notoria, muy limpia
y seca pero refrescante y bebible que no me creí que tuviera 7% de alcohol.
Otra gran elección, las cervezas nunca están nada menos que espectaculares y la
vibra del lugar es increíble, me sigo sintiendo en casa sólo de cerrar los ojos
y recordarme ahí.
La siguiente parada fue una nueva
para nosotros, Duck Foot
Brewing Company, tienen apenas un año y medio abiertos, pero se nota que
traen experiencia de muchos años atrás. Es, si no mal recuerdo, la cervecería
más pequeña que hemos visitado en algún tour, pero esto no le quita nada de
calidad que tienen los de mucha mayor capacidad, se enfocan más en estilos “de
librito” los cuales ejecutan a la perfección, de competencia, de medallero.
Otro dato curioso más, ellos hacen cervezas “rebajadas en gluten” con PPM muy
bajos, lo suficiente para ser consideradas “gluten free” pero sólo le ponen que
son reducidas, esto porque uno de sus fundadores es celiaco. Me encantó su
imagen y como la combinan con el edificio. Me fui directo a probar su Choco Nut
Lust Porter una cerveza con avellana y cacao muy sencilla de tomar, con los
sabores de los agregados muy sutiles para que se notaran, pero no agresivos
como para ser una cerveza de avellana o chocolate, sino que pudieras beberte
pinta tras pinta, la Red Ale algo alta en alcohol para mi gusto, pero igual de
librito, un ejemplo clásico. Lo mejor para mi gusto fue su Session IPA, muy generosa
en sus lúpulos con una amargura muy sutil, ideal para beber por pinta tras
pinta. La Triple IPA pedí media pinta, me pude beber la mitad ya que el alcohol
era muy agresivo para mi gusto en ese momento y aun nos faltaba recorrido por
lo que decidí dársela a probar a varios para que se terminara, eso de Barley
Wines muy agresivas en lúpulo aun no son lo mío. Después del tour por esta
cervecería pedimos una ronda más y nos dirigimos al siguiente punto.
Alesmith Brewing Company
cambio de ubicación a una nueva nave más grande pero bastante cerca de donde
estaban antes. Las instalaciones están ENORMES y desde que íbamos llegando al
lugar quedamos sorprendidos, sólo la tienda de suvenires y de cerveza para
llevar tienen el mismo tamaño que las instalaciones anteriores. Entramos al
tasting room y quede sorprendido, el lugar muy bonito, muy amplio, la barra
enorme, el patio igual impresionante y hasta un museo en honor a Tony Gwynn
tienen carajo. En la primera barra ordene un par de medias pintas, Speedway con
café vietnamita y Speedway con menta piperita, esta segunda extraordinaria, a mí
me encanta ese sabor de chocolate con menta que en esta cerveza con estas
características cae muy chingón, doblemente recomendada. Después pedí una Tart
Lil Devil, que es su Belgian Pale Ale con lactobacilos (también está la versión
regular sin el tart). Me imagino que es un kettle sour porque la acidez está
muy plana pero que combina muy bien con la cerveza y le dio lo que necesitaba a
mi paladar, una limpia de imperial Stouts para poderle meter ahora más imperial
stout añejadas en barrica. Antes del siguiente punto quiero hablarles de Anvil
& Stave, el bar “secreto” dentro del tasting room y digo entre comillas
porque el lugar se ve perfectamente, pero para hacerlo más interesante no te
sirven a menos que tengas el boleto para pedir cerveza el cual te lo dan en la
barra de cervezas para llevar sí y solo sí dices la contraseña secreta. Cuando
fui por mi boleto le pregunte a la señorita de la barra si tenía que ser
discreto para decir la contraseña, me respondió que no a lo que inmediatamente
le pregunte “¿pero puedo?”, anécdota que es más chistosa en inglés. Ya con mi
boleto entre al bar, muy pequeño y acogedor, con música de jazz y decoración
para hacerte sentir en los 20’s. La lista era impresionante, eran unas 10
cervezas distintas añejadas en barrica desde ron, whisky, bourbon, jerez,
oporto vaya, todo lo que lleve barrica ahí lo tenían. Pedí la mezcla del día
que incluía la cerveza de 20 aniversario, Speedway en barrica de Bourbon,
Numbskul en Brandy, Old Ale en Bourbon y Brown Ale en Whisky, delicioso, muy
bebible, nada alcohólico, la mejor cerveza (o mezcla) que probé en el viaje y
lo digo ya ahora… creo que es buen momento de ir pensando en un programa de blend (y ya tengo mi primera barrica).
Salí de ahí no sin antes pedir otra Tart Lil Devil para limpiar el paladar,
acarreamos a los muchachos que salieron igual de extasiados que su servidor y
nos fuimos al siguiente y último destino de la noche.
Dio la casualidad (nosierto no
fue casualidad) que ese día en la noche sería el evento de Beer Pipol en Machete Beer House, donde
expondría Katy
Pedrinks de Mujeres Catadora de Cerveza en México y nuestro Mudo Martínez
exponiendo sus ilustraciones de personas del medio cervecero de Monterrey, La
Baja y San Diego. Llegamos y el lugar me impresiono, muy buena vibra, amigable,
y la selección de cerveza era perversamente deliciosas. Alrededor los dibujos
de ambos expositores siendo disfrutados y comentados por varios de los
asistentes, algunos conocidos del medio y otros que no pero igual estaban ahí y
como no encontré mi dibujo (porque no hubo, gracias Mudo) mejor me fui a echar
la platicada con varios conocidos que estaban ahí y a ver unos episodios que pusieron
de “Batman: La Serie Animada” (si la de los noventas) mientras tomaba puras
sours, aquí decidí tomar sólo sours porque que ricas y deliciosas son. El lugar
es un must recomendable para todos
los que les guste la cerveza, las buenas listas y la música chingona, no creo
que sea necesaria la comparación, pero me recuerda a un Hamiltons menos
saturado y aunque he dicho innumerables veces que el Hamiltons es de mis bares
favoritos de San Diego, Machete no está muy lejos de alcanzarlo en mi corazón.
Esperaba hacer sólo un post sobre
el tour, pero creo que me prendí hablando del primer día así que igual lo
separaré en 3 publicaciones. Este fue el día uno y al siguiente nos tocaba uno
de los platos fuertes y la razón por la que más nos remojábamos los bigotes del
antojo.
Nos estamos leyendo
Eslem Torres
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