jueves, 30 de julio de 2015

Orval Trappist Ale



No es bragging (bueno si un poquito) pero a veces tengo cervezas muy ricas y peculiares en el refrigerador, de esas que te pones algo rejego para abrir porque piensas "es mi última" o "híjole es que es algo tan sabroso que quisiera compartirla" o demás excusas que nos gusta poner. Hace no mucho llegue a la casa con un antojo brutal de una cerveza, en específico de una saison pero sólo tenía dos botellas en el refrigerador, una que quiero compartir con un par de amigos y otra era mi última botella de Rogaciana (la saison que yo hice) que esperaba guardar para comparar con el nuevo lote que hice. Tuve que tomar la decisión rápida y la más lógica ¿cuál era la cerveza que menos iba a extrañar? Curiosamente mi respuesta fue Orval.


Esta botella de Orval la tengo guardada desde el 2012 y la guardaba (según yo) para alguna ocasión especial, no fue así pero no impediría que la disfrutara de sobremanera como mi respuesta a combatir el calor y el terminar una semana medianamente estresante. Nunca había probado una Orval añejada tanto tiempo así que vamos a ver qué resultados nos dio, aquí las notas.



Nombre: Orval Trappist Ale
Cervecería: Brasserie d' Orval
Estilo: Belgian Pale Ale
Alcohol por Volumen: 7.2%
Lúpulo: Hallertau, Styrian Golding, Strisselspalt
EXTRA: Acondicionada con Brettanomyces
Cantidad: 330ml
Procedencia: Gaume, Bélgica


Vista: Ámbar semi turbio con una corona grande y blanca que tenía poca duración en realidad.

Olfato: Unas notas vinosas muy marcadas, ciertos toques del brett pero siendo las notas a ciruelos las más marcadas en el aroma.

Gusto: Cuerpo ligero y final seco, los sabores aunque notorios eran sutiles en la duración y potencia en boca. Carbonatación activa en boca con un importante sabor a frutos secos sobre todo el ciruelo y ciertas notas granjosas del brettanomyces pero más ligeras de lo que hubiera esperado.


Veredicto: Muy buena, la verdad y tengo que ser honesto, Orval ha sido de mis cervezas favoritas que compraba seguido en esas escapadas rápidas a la frontera, pero añejada (esta botella era del 2012) al menos a mí no me gustó tanto como cuando la probé más fresca.

¿Material para cava? El perfil de Orval permite dejarla en cava para que vaya evolucionando y en efecto evoluciona de manera favorable, pero ya ahí es de cada quien elegir cual versión preferiría y yo entre más fresca mejor.


Buena, interesante pero personalmente no la pensaría para añejarla tanto, me he dado cuenta que son pocas las cervezas que me gustan añejadas y en definitiva Orval no es una de ellas (¿Cuál sí? Stone Vertical Epic 12.12.12 por ejemplo Gracias a Benjas por habernos compartido esas botellas hace tiempo). Tengo la necesidad ahora de reemplazarla por una nueva botella porque si hay algo de lo que presumo es que me gusta tener siempre 3 cervezas en mi refrigerador: Duvel, Sofie y Orval... agregaría otra a esa lista, Rogaciana, mí consentida, esa cerveza no debería faltarme nunca para evitarme estar abriendo esas que digo “no es momento de abrirla”.


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Eslem Torres

martes, 28 de julio de 2015

ICF Bale Belgian la Bida



Hace un mes dejé sin cerrar el tema de la Bale Belgian la Vida ya que hablamos de su elaboración pero no del resultado y este soy yo cumpliendo con mi compromiso a con ustedes. Ya después de una considerable cantidad de tiempo (aproximadamente un mes) le dimos cran a las primeras botellas de esta cerveza para ver el resultado, personalmente creo que no es de mis mejores trabajos pero tampoco es algo que haya sido decepcionante (aun te recuerdo con odio Porter que quería ser Brown y terminó siendo Mild) pero para no darle más vueltas al asunto aquí las notas de cata de Bale Belgian la Bida.


Bale Belgian la Bida



Vista: De color ámbar ligero y cristalina, pensaría que fue filtrada o coldcrasheada con grenetina de no ser porque sé que no fue así. Espuma compacta de buena permanencia en el vaso y una carbonatación bastante activa.

Olfato: Muy ligero donde lo percibido va más hacia las notas a caramelo y frutos secos, una nota herbal coqueta pero sencilla.

Gusto: Cuerpo bastante ligero, muy tomable. El sabor más va a frutos secos que a caramelo, vaya un perfil algo más belga pero demasiado sutil para mi gusto. La carbonatación es agresiva y limpia los sabores rápido por lo que la permanencia de estos es demasiado sutil.


Conclusiones: Mñeh, personalmente fue un resultado que no me convenció ni gusto, no trae defectos ni nada desagradable pero sería de esas cervezas que a ciegas confundiría con una Amber Ale muy insípida. Afortunadamente fue una buena cerveza para cuando llegaba algún familiar o amigo tecatero que quería probar algo que hubiera hecho y así darles algo suave, con más sabor pero sin ser agresiva y es ahí donde conmigo falla, yo no quiero hacer cervezas que bien podría comprar en una tienda especializada o en el supermercado, sino algo que no pueda encontrar para mí, discúlpenme por ser envidioso y hacer cosas que yo quiero tomar pero pues de eso se trata ser homebrewer.


En general no me gustan mucho las Ámbar Ale ni las Dubbel, esta cerveza debería haber estado en una rayita de diferencia entre las dos así que por eso creo que se reflejó ese poco gusto a esos estilos en la elaboración de esta receta. Más porcentaje de maltas caramelo y agregarle Special B y aromática sería un buen comienzo y en definitiva cambiar la levadura, las pocas veces que la he usado no me ha dado resultados que me han gustado, algún día le daré otra oportunidad pero por lo pronto preferiría usar otras cepas belgas que me han resultado mejor ¿Alguien ha usado esta levadura con resultados que le hayan sido favorables? Me gustaría saber opiniones de otros sobre la Abbaye  de Fermentis.


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Eslem Torres

jueves, 23 de julio de 2015

#beerlievers Tour of Awesome Vol. 3 – Día 4

La siguiente mañana arrancamos temprano pues nuestro siguiente destino era visitar Ensenada la cual si no estoy equivocado fueron como hora y media de camino (más las obligadas paradas por provisiones) en el que algunos aprovechamos para echarnos unas pestañita extra y otros para seguir bebiendo que mira el grupo era bastante variado.



Primero y después de un par de vueltas llegamos a Wendlandt donde nos tocó que embotellaran su famosa Perro del Mal por lo que el lugar, desde que llegamos, se llenaba de un increíble aroma a lúpulos de los caros, de los finos, de esos que no se consiguen fácil. Se presentó con nosotros Gabriela Corona quien trabaja en la cervecería y nos empezaron a guiar sobre la historia de Wendlandt y a darnos de sus cervezas de la cual me resultó importante la diferencia entre lo que probamos ahí y tomamos en Monterrey sobre todo con la IPA, también probamos una colaboración que hicieron con Pizza Port, una India Pale Lager muy coqueta. Álvaro Romero nos mostró las instalaciones y nos explicó sobre su proceso de fabricación, el cómo empezaron y sobre sus nuevos proyectos con barrica de la cual tenían algunas botellas a la venta de su Farmhouse Ale añejada en barrica, ya veremos que tal.









Nuestra siguiente parada fue Agua Mala de la cual Amante de la Buena Cerveza ya hizo una crónica al respecto pero ahora me gustaría a mí agregar mi perspectiva. Al llegar nos recibió Natha, uno de los dueños y cervecero de aquí para darnos un tour guiado por las instalaciones, dio la casualidad que estaban filtrando Mako cuando llegamos así que tuvimos la oportunidad de probarla sin filtrar. Ya después subimos al tasting room el cual no abre los lunes por lo que agradecemos mucho al equipo de Agua Mala por habernos recibido. Ya arriba nos empezó a contar la historia de cómo iniciaron la cervecería y aún más importante, el origen de los nombres. Al ser Nathaniel biólogo marino la razón de estos singulares nombres quedaba perfecto con una historia en su mayoría divertida (excepto la de cuando tenían que ir a los aros de atún cazando tiburones, no creo que haya sido graciosa en su momento). Fuimos probando una a una las de línea y luego ya pudimos darle cran a las especialidades que tenían en el menú, una Witbier con té de limón bastante sabrosa y una Stout añejada en bourbon espectacular y una Witbier con chile morita que combinó perfectamente con el ceviche que pedí para comer.













Bien comidos y bien tomados nos despedimos de Agua Mala para tomar nuestro shuttle del mamaseo de regreso a Tijuana mientras algunos, si no es que todos, nos echábamos una pestañita para descanzar la comida y la tomadera.



Cuando despertamos a los #beerlievers fue porque estábamos a unas cuantas cuadras de Border Psycho donde nos esperaba Ramón con la novedad de que están expandiéndose agresivamente y nos tocó el nuevo acomodo de su equipo, honestamente nos da mucho gusto ver cómo estas cervecerías están creciendo año con año cada que los visitamos. No por nada esta cervecería es de las favoritas de los #beerlievers veteranos (los cuales se entristecieron al saber que Roberto no nos acompañaría y que después se les pasó con la primera cerveza), las cervezas de línea son bastante buenas y consistentes y nos volvió a tocar una “sorpresa”, una American Wheat Ale hecha con puro Sorachi Ace (un lúpulo que personalmente creo esta subvaluado) que era para consumo de ellos pero Ramón se puso guapo y nos compartió de su stach personal. Todo era risas y diversión hasta que recordamos que nos teníamos que ir a más risas y diversión para nuestro siguiente punto. Nos despedimos de los chicos de Border Psycho, no sin antes acariciar el gran fermentador nuevo y decir “hasta la próxima”.




La siguiente parada fue en Cervecería Insurgente donde nos veríamos con Diego e Iván quienes nos recibieron después de un buen día de trabajo para darnos el tour en la cervecería e instalaciones. Tristemente para nosotros nos dijeron que el tasting room que está pronto por abrir aun no nos tocaría verlo pues abre en unas semanas por lo que nos lo perdimos, lástima, será el siguiente año. Ya pusieron en su página oficial así que no es ningún spoiler que van a doblar la cantidad de fermentadores que tienen para que ya no tengamos falta de La Lupulosa ni Nocturna en nuestras ciudades #win. Probamos sus cervezas de línea y aprovechamos para echar una buena y larga plática con Iván y Diego sobre planes futuros y cervezas que tenemos en mente cuando menos para hacer caseras de la cual Diego nos sacó también de su stach personal una Session IPA muy sabrosa para que probáramos. Antes de irnos y personalmente con ganas de seguir echando el chal con estos dos chicos nos dieron a probar directo del bright tank una cerveza que está próxima a lanzarse de la cual no quiero dar el spoiler porque pues, ni ellos lo han anunciado entonces no es mi lugar, pero lo único que sí puedo decir es que ya me vi comprando varias botellas. Nos despedimos, de igual manera acariciando los fermentadores y diciéndoles “espero verlos pronto”, y sí, lo mismo les hicimos a Diego e Iván.






Para terminar la noche (al menos el tour oficial) terminamos para ir a cenar y beber al BCB Tasting Room, lugar que no habíamos visitado desde el primer tour y que sucedió “el incidente” pero no hay que preocuparnos por el pasado, sino por el presente, pues es un regalo (ay que bonita reflexión). Nos juntamos en una mesa y cada quien ordenó su cena y sus cervezas mientras contábamos y platicábamos nuestra experiencia en el viaje, lo que nos pareció, que les gustó más y que no les gustó todo, por supuesto, acompañado de más cerveza, yo para cerrar sólo ordene una de mi favorita de todos los tiempos, Blazing World de Modern Times (que por ahí leí que andaban contratando personal ¿Qué tan complicado será conseguir VISA de trabajo?).



Sin duda este viaje fue muy divertido en su experiencia pero no puedo negar que eso es gracias a los #beerlievers que van cada año, algunos veteranos y los nuevos, que le ponen ese toque vacacional, relax y jocoso a estos días. Espero que esta pequeña bitácora les haga recordar a los que asistieron lo mucho que se divirtieron y a los que se quedaron con las ganas logre antojarlos lo suficiente para que nos acompañen el próximo año.

Así, me despido.

Por cierto, del 15 al 19 de Julio del 2016, fechas para el #beerlievers Tour of Awesome Vol. 4: A New Hop Estén al pendiente para más información ¡boom! *dropea el mic*.

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Eslem Torres

jueves, 16 de julio de 2015

#beerlievers Tour of Awesome Vol. 3 – Día 3

Para el tercer día despertamos temprano para uniformamos e irnos la que yo llamo “La Catedral de Nuestra Señora de Stone”, pero antes y como lo dicta mi rutina matutina tenía que ir por un café, del que fuera, hasta Andatti del OXXO porque sin cafeína no funciono. Para mi fortuna y los que si se levantaron temprano el buen Mike de Amante de la Buena Cerveza nos tenía una sorpresita, un café con piquete ¡Y QUE CAFÉ! Era una Beer Geek Speedway, colaboración entre AleSmith y Mikkeller hecha con el famoso Kopi Luwak, sí, el café que se come la zarigüeya y luego lo desecha y se vende carísimo, ese mero porque ya saben #exótico, #finos. Algo ruda para empezar la mañana pero no por menos deliciosa.




Subimos al shuttle de la diversión y tomamos camino rumbo a Stone Brewing Company.

Llegamos unos minutos temprano por lo que nos pusimos a hablar sobre las puertas a los jardines del Edén, les platiqué a unos sobre la piedra de fumar y sobre la cerveza que hicieron para construir la pared de donde estábamos ya saben, puros datos para hacerme el interesante. Se dieron las 11am en punto y las puertas se abrieron ¡Y NOS VOLVIMOS LOCOS! Directo a la tienda de suvenires a echar el ojo cuando llegó Nickie Peña quien amablemente nos dio el tour por las instalaciones de la cervecería, contándonos de los proyectos que tienen, cervezas que piensan lanzar y sobre su crecimiento en la industria. Desconozco la cantidad de fermentadores y la capacidad pero estoy seguro que Stone Brewing Company es la más grande que visitamos y mira que Green Flash no es pequeña.







Después del tour en las instalaciones de Stone regresamos a la tienda de suvenires donde también están las cervezas para probar after tour, en primera nos tocó Stone Go To IPA, una de las pocas session IPA que me ha gustado y que agradecí mucho para ser la primera, siguió Pale Ale 2.0, la actualización de la primera cerveza que manejó Stone Brewing Company cuando inició ahora con lúpulo alemán y a mi gusto una Pale Ale mucho más clásica, menos agresiva pero a mi gusto no algo que pediría. Siguió la clásica Smoked Porter que me gusta mucho más probar aquí porque el ahumado es mucho más notorio por alguna razón que las embotelladas que nos llegan a Texas ¿será el viaje? ¿El tiempo? ¿La paseada de las botellas? Desconozco. Terminamos con la Delicious IPA, una cerveza diseñada para ser reducida en Gluten lo cual me parece una idea estupenda pues si me han tocado clientes que son celiacos y pues nunca sé que puedo ofrecerles sin perjudicarlos, unas notas muy curiosas a limón y menta que me daban antojo de mezclar esta cerveza con un mojito pero eso era antojo.




Nos pasamos al restaurante para comer y seguir bebiendo. Aunque estamos en el Stone Brewing World Bistro & Gardens tienen una carta de cerveza invitadas en barril y botella que no le envidiaría nada a otros bares de la ciudad así que para acompañar mi comida pedí la Stone Saison y de paso una Supplication de Russian River porque ¡PUCKER UP! (y no es broma, nomás de escribir Supplication de Russian River se me está haciendo agua la boca). En serio, probé bastantitas Sour en este viaje y el balance, complejidad y equilibrio de Russian River no lo encontré en ninguna otra.






Agradecemos un chingo a Nickie por todo los que nos apoyó para este tour y por las cervezas que nos obsequió, ya me las quiero tomar.



Pasamos a la tienda a resurtir cervezas, playeras, gorras, vasos, lo que se nos pegara en el camino, subimos al autobús y nos dirigimos a otro clásico, Lost Abbey / Port Brewing o como me gusta llamarla “La Capillita de San Mongo el Gato”.

La verdad es que mucho de lo que estaba en la pizarra ya estaba OUT así que me quedé con las ganas de probar mucho de Lost Abbey que no había probado pero aproveché que estaba su House Wild, nada mal. Ya para no perder costumbre pedí un sampler de Older Viscosity (porque no venden media pinta) y una media pinta de Serpent’s Stout para sentirme en el mood eclesiástico.








Aquí entró otra sorpresa, tomamos el Autobús Mágico hacia una cervecería no planeada… Toolbox Brewing Company la que fue sin duda mi crush del viaje, lástima que no todos pensaron lo mismo. Esta cerveza tiene poco en el mercado local y es la primera cuya producción está dedicada 100% a hacer sour ales. Este tipo de cervezas ácidas son difíciles de encontrarles el gusto sobre todo a los mexicanos que somos de un paladar tan dulcero (no por nada somos el país que más consume refresco) pero una vez que les encuentras el gusto es difícil dejarlas once you go sour you’ll never go back. Mi favorita fue la X-Lupus, una Blonde Wild Ale con blueberries, imperdible. Mención especial para la Peachin’ Camaro la cual Mudo fue el único en entender la referencia pero que no estaba nada, nada mal.







Regresamos a nuestro itinerario y paramos a la última cervecería que visitaríamos en San Diego, Belching Beaver Brewery la cual hemos mencionado un par de veces por su Peanut Butter Milk Stout o como me gusta llamarla “la cerveza que sabe a los Reese’s” por lo que me pedí una de esas en media pinta y otra media de su Berliner Weisse, para seguir con la temática de lactobacilos. La verdad es que ya estaba sintiendo el rigor de este maratón por lo que me fui al patio a sentarme a mis anchas, beber mi cerveza y creo que en algún momento me quedé dormido pero si no lo recuerdo no pasó.






Después de fotos con el señor castor tomamos el autobús de regreso porque ya era hora de despedirnos de San Diego y empezar la noche en Tijuana.



Llegamos a nuestra tierra, a México, nuestro México pisando base en El Tigre Bar para seguir probando cervezas locales, algunos nos brincamos al tasting room de Fauna que estaba literalmente a la vuelta cuya Saison con Brett se notaba muy sabrosa, pero ya no podía darle más que un sorbo y me rendí y me puse a rezar por ustedes condenadotes. Ya para no romper la tradición pasamos a cenar al Sótano Suizo donde muy a nuestro pesar no había cerveza de la casa pero igual le entramos con singular alegría a su famoso Sótano Dog.





Bebidos, cenados y evidentemente agotados nos dirigimos al hotel para descansar y con la misma amenaza de que el autobús sale temprano, estén o no despiertos porque al día siguiente partíamos a un nuevo escenario para el tour, Ensenada; pero de eso platicamos mañana.