jueves, 27 de febrero de 2014

Cervecería Jack Stout

Hace unas cuantas semanas, nuestros amigos de buenavida.com hablaron de la Jack Stout cuyo comentario generó luego aquí en In Cervesio Felicitas el post de un paladar exquisito. En el post original de Carlos Cohen hubo una serie de comentarios de los productores sobre la fecha de caducidad de dicho lote (que era el 500) y mencionaron en un comentario: 

como es el caso de Eslem que he podido ver un par de comentarios de él en los que nos pone como la peor cervecería debido a las malas experiencias que ha tenido cosa que no justificamos ni negamos nuestra responsabilidad y que en verdad esperamos que en algún momento vuelva a animarse y no sea desafortunada la ocasión de nuevo. 

Y pues me animé, compre una botella de Jack Stout lote 567 con fecha de caducidad 27/04/14 según la etiqueta que esta cerveza tiene. 



Nombre: Stout 
Cervecería: Cervecería Jack 
Estilo: Stout 
Alcohol por Volumen:  
Cantidad: 12oz 
Procedencia: DF, México 
Precio: $48MX 

Vista: Negro profundo sin espuma con un muy ligero lazo en el vaso. 
Olfato: Un intenso aroma a chocolate dulce y cereal de chocolate. 
Gusto: Sutil sabor a tostado, acompañado del mismo sabor a cereal de chocolate y un intenso sabor medicinal. 

Veredicto: Pos ya que, difícil de beber, es todo lo que puedo agregar.  

En mi defensa, yo no creo que sean la peor cervecería de México (fácilmente puedo mencionar 3 que encuentro peores sin pensarlo mucho, pero no se trata de eso) y sé que tienen un buen nicho de fans en Distrito Federal, pero en lo personal hasta no probarla en el centro del país, más directo a la fuente pues, no creo regresar pronto a esta Stout.  

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Eslem Torres

lunes, 24 de febrero de 2014

de cerveceros novatos y otros personajes de la fauna cervecera.


¿Cuánta experiencia de hacer cerveza en casa debería tener una persona antes de empezar a comercializar su cerveza? Directo y sin escalas. Va otra ¿Qué tantos diferentes estilos y variedades del mismo debería probar una persona antes de empezar a fabricar su cerveza y comercializarla? ¿Crees que sea esencial para poder fabricar buena cerveza? 


Primero ¿cómo definirías una buena cerveza? Esto siendo completamente subjetivo dejaremos, para fines prácticos de este post, que una buena cerveza es aquella que no presente contaminaciones y que sea consistente en mantener esa calidad. Definido esto continuemos. 


Hace casi un año, como parte de un The Session escribí sobre algunos consejos que les podría dar a aquellos que les interesa abrir una cervecería y aun hoy en día son los mismos que les sigo recomendando a los que llegan diciéndome eso. Pueden leer aquel post por aquí 


Es algo completamente natural que, entre más va popularizándose la cerveza de micro productores empieza a sonarle a más de uno el yo también quiero hacerlo, al empezar a crear una idea de lo glamuroso que podría llegar a ser este movimiento y la fama para los que están involucrados es cuando les genera ruido a las personas ¿Qué no pasó lo mismo con los cocineros? Es imposible negar como en los últimos años se ha abusado de la palabra CHEF entre tantas escuelas y cursos que te venden la idea de convertirte en el próximo gran chef rockstar internacional. Bueno, la promesa de la cerveza artesanal no está muy lejos de caer en eso. 


Y solo veamos la explosión de micro cerveceros en el último año (lo cual es bueno) ¿cada cuanto ves una nueva cervecería en el anaquel?  Hablando del noreste, sólo el año pasado en nuestro primer Local Craft Beer teníamos 4 cervecerías, para esta tercera ocasión del 19 de Marzo tendremos 8 ¡Y ESO SÓLO ES CON LAS YA ESTABLECIDAS! Habría que censar cuantos más hay queriendo empezar su proyecto, que seguro, no son pocos. 


Hace un par de años, el camino era muy diferente, este sigue siendo terracería pero no es el mismo empedrado que le tocó a Calavera, Cucapá, Minerva o Tempus, nos guste o no, pilares ESCENCIALES para que este movimiento esté funcionando como lo está haciendo. Ahora, con el camino un poco más plano estoy convencido que empezarán a saltar muchos intentando hacer cerveza de manera comercial, queriéndose subir al tren, unos con un impecable plan de negocios, otros copiando estrategias de los ya establecidos y otros tantos sólo guiados por la pasión y entusiasmo de poder trabajar y vivir de una micro cervecería. Todos muy validos, pero no estoy aun convencido que esto signifique que muchos tendrán la calidad necesaria para mantenerse vivos, hay que dejar de defender lo indefendible y aprender a aceptar la crítica, como bien lo decían nuestros amigos de buenavida. Este año viene una primera gran oleada, muchos van a llegar, muchos otros tiraran la toalla y se empezará a definir la industria en nuestro país. 


Pero parafraseando a Harvey Milk, una cervecería no puede vivir sólo con buena cerveza, pero sin buena cerveza no podrá sobrevivir. 


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Eslem Torres

jueves, 20 de febrero de 2014

Great Divide Colette Farmhouse Ale



Great Divide es de esas cervecerías que tienen unas muy buenas joyas no tan populares cuyos buques insignias terminan por hacerle demasiada sombra. Por supuesto que todas las Yeti de esta cervecería entrarían en la que pagan facturas, pero eso no quita que las demás de línea no estén al nivel. Colette tiene relativamente poco de haber entrado a la línea regular en botella de esta cervecería y de hecho el año pasado estuvo en uno de los line-up de nuestras sesiones cerveceras. 

El estilo saison es de los mas versátiles que hay pues realmente no había estilo en si, solo era una cerveza que fabricaban los granjeros en Bélgica para el consumo post cosecha para echarse sus tarros después del día. Esta historia más a detalle la pueden encontrar aquí. Pero a lo que venimos, el chaty-chat para el final. 

Nombre: Colette Farmhouse Ale 
Cervecería: Great Divide Brewing Co. 
Estilo: Saison / Farmhouse Ale 
Alcohol por Volumen: 7.3% 
Cantidad: 12oz 
Procedencia: Denver, Colorado 
Precio: $10.99US el 6-Pack 

Vista: Amarilla semi turbia sin carbonatación, corona muy blanca y compacta pero de buena retención. 
Olfato: Intenso aroma, notas a granero, paja, lima, zacate y sutiles toques ácidos. Ligeras notas a clavo y pimienta negra. 
Gusto: Cuerpo ligero y refrescante, carbonatación en boca activa y unas notas a pimienta y limón muy agradables. Buena amargura aunque más que sabor a lúpulo eran notas a especias.  

Veredicto: Muy buena, aunque Saison es de esos estilos que me encantan, no me he topado con alguna versión americanizada del estilo que me termine fascinando, sin embargo de las que he tenido oportunidad es la que más he disfrutado sólo atrás de Sofie de Goose Island. 
¿Material para cava?: No lo recomendaría. 
Maridaje recomendado: Se me antoja mucho con un algún queso cremoso o para botanear con unas tapas con chorizo negro de "El Porlo". 

Sello de aprobación, no me crean del todo pero estoy bastante seguro que la llegué a ver en Superama de Ricardo Margain hace muchos meses, pero no confiaría en lo que les digo. Ahora que si la encuentran pues no la desaprovechen.  

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Eslem Torres

lunes, 17 de febrero de 2014

La historia detrás de la pinta - Bières de Chimay


Es esa bonita fecha donde las colaboraciones internacionales se hacen presentes y los amigos del Barcelona Beer Fest nos volvieron a invitar a colaborar con un post hablando de alguna de las cervecerías que van a asistir al evento (y que según el line-up que nos enviaron esta ¡PA' RELAMERSE EL BIGOTE!). El año pasado escribí sobre la historia de Anchor Brewing Company, una cervecería que me gusta mucho y cuya historia es, también, muy entretenida, si no lo han leído pueden checarlo dando clic por aquí o por acá. Este año, como podrán darse color por el título, elegí hablar sobre Chimay. 

Antes de hablar sobre Biéres de Chimay quiero poner un poco en contexto. 

Hace muchos años la cerveza fue un producto que se fabricaba y comercializaba por monjes, esto lo hemos platicado un poco aquí (corta y jocosa historia) y aquí (trapense o abadía) pero en resumen la iglesia tomo el control de la cerveza porque generaba dinero, cochino dinero. De hecho fue Carlomagno uno de los mayores promotores de la fabricación ordenada de la cerveza dándole facilidades a los monasterios para hacerlo allá por el siglo IX.  En el año 1080 es fundada la Orden de los Cistercienses de la Estricta Observancia que viene siendo ya el modelo bajo el que trabajan las abadías que fabrican cerveza, entre ellas la de Chimay. 

Ahora si, en 1850 un grupo de monjes salen de la abadía de Westvleteren para fundar la abadía de nuestra señora de Scourmont en lo que hoy es el pueblo de Chimay, en la provincia de Hainaut en Bélgica y desde su fundación la cervecería era parte de los planes pues era una gran forma de recaudar dineros. Como dato anecdótico, al día de hoy, esta es una de las regiones más pobres del país y la cervecería de este monasterio es de los empleadores más importantes de la localidad, la verdad es que fuera de esta abadía no hay mucho que ver en la ciudad. 

En 1862 arrancan oficialmente con la venta de cerveza aunque no a como la conocemos ahora, en realidad hacían una lager que llamaban "Bavaria", cerveza estilo Dortmund para estar a la moda de lo que sucedía ya en Europa y el furor de las lagers claras, sin embargo no les funcionó como esperaban y remplazaron rápidamente a una Brown Ale similar a la que ya fabricaban en Westvleteren. A partir de esto empezaron a fabricar dos cervezas, una single o patersbier que tomaban directo de las barricas de madera para consumo exclusivo de los monjes y la Biere Forte que embotellaban en presentación de 750ml para venta a público. No fue sino hasta 1875 que oficialmente empezaron a ofrecer dos cervezas diferentes al público, aunque esto no era del todo cierto ya que la "nueva" creación era la misma cerveza añejada en barricas recubiertas de alquitránYup, alquitrán, verán los médicos en aquella época aseguraban que esta cerveza, pasada en tratamiento con alquitrán, tenía mejores propiedades para la salud. Un año después la abadía empieza a comercializar sus ya famosos quesos curados en cerveza. 

La calma antes de la tormenta, Bieres de Chimay gozaba de buen prestigio, buenas ventas y gran aceptación en la región, sin embargo sucedió la primera guerra mundial y Bélgica, por su localización geográfica, terminó siendo un punto estratégico para los alemanes que encontraron que el cobre en la cervecerías belgas era más útil para ellos así que saquearon lo que pudieron y por supuesto, Chimay fue una de ellas. 

Al terminar la primera gran guerra Chimay reinicio operaciones haciéndose de equipo nuevamente para continuar en donde habían dejado, afortunadamente para ellos en 1919 el gobierno belga prohibió la venta de licores y destilados de mayor graduación alcohólica en bares lo que provocó que la demanda por la cerveza de alto contenido alcohólico (como lo suelen ser las cervezas trapences) subiera exponencialmente. 

Por supuesto, cuando algo está teniendo éxito empiezan a salir los imitadores y empezaron a aparecer otras cervezas con nombres de abadías famosas, engañando a más de un consumidor por lo que Chimay registró la marca de "Abeyye de Scourmont" que fue el primer intento de registrar una marca de producto trapense, marca que Chimay ha sido el mayor promotor de este símbolo de autenticidad que vemos hoy en día. 

Y como no podía ser de otra manera, la segunda guerra mundial volvió a azotar en Bélgica y la historia se repite. Alemania ocupa Bélgica, Alemania necesita el cobre, Alemania deja a las cervecerías belgas sin su equipo, los belgas lloran, los Alemanes pierden, los belgas reconstruyen sus cervecerías, TODOS SOMOS FELICES.  

Chimay en lo particular no sólo reconstruyo la planta, aprovecharon para modernizar su procesos y estar en la punta de las innovaciones tecnológicas en la fabricación de cerveza. Una de las primeras cosas que se cambiaron fue que la misma abadía haría el malteado de sus granos y se aisló su cepa de levadura. Ya en 1948 empiezan a fabricar su famosa Blue Cap como una especialidad de navidad. 

Uno de los primeros registros de el uso de extracto de lúpulo en lugar de los pellets o la flor entera se dio en 1950 ya que los monjes aseguraban que estos aceites en extracto eran más eficientes para el control de la calidad, práctica que terminarían copiando otros monasterios.  

En 1966 lanzan su tercera cerveza de línea, Chimay Cinq Cent, la blanca para los compas. Esta cerveza fue creada en respuesta a Orval que tanta popularidad empezó a tener. A pesar de esto sería difícil poner a ambas como algo similar, la realidad es que Orval por si misma es un estilo muy particular. Esta Chimay Cinq Cent junto a la Westmalle Dubbel son las únicas cervezas trapense que se comercializan tanto en botella como en barriles.  

Una de las anécdotas que más me gusta de Chimay es justo después de su reconstrucción post segunda guerra mundial. La abadía de Rochefort empezó a verse amenazada por las cervezas de Chimay que empezaban a llegar a su territorio, aprovechando que eran miembros de la misma congregación se acercaron a ellos para pedirles que por favor no se metieran con su plaza porque les estaban bajando las ventas. Chimay en un acto de buena voluntad prefirió no hacerlo pero si ayudarles a su mejora tecnológica y reconstrucción,  entre esto también se les llevó levadura de Chimay, sin embargo por la gran diferencia de la mineralidad del agua esta no funcionó igual en Rochefort, para lo que a los años sesentas cambiaron a la cepa de Westmalle 

Es un hecho que la química del agua es algo importante que tomar en cuenta cuando haces cerveza, tanto q momento, cuando Chimay maquilaba su cerveza Cinq Cent en La Trappe, estos enviaban su agua hasta la maquiladora para asegurar su receta lo más posible. 

Afortunadamente para nosotros, Chimay es la trapense que más fabrica cerveza y la que más exporta, siendo 35% de su producto dedicado a esto así que es común verla en los anaqueles de distintas tiendas en el mundo. Por supuesto México uno de ellos y sin duda España, tanto que va a ser parte del Barcelona Beer Fest a los que agradezco nuevamente por invitarme a participar y una gran disculpa por tardarme tanto en publicarlo, pero como les comentaba en un correo, se me torcieron los cables y nunca terminé por enviárselos. 

Nos estamos leyendo 
Eslem Torres