martes, 13 de enero de 2015

Funky Buddha Pearl Diver Oyster Saison


El fin de semana pasado celebramos que el autor de nuestro blog hermano Crónicas de Narnia Malta se va de la ciudad... digo, nos juntamos para despedirlo. Otro buen amigo de la comunidad cervecera local venía llegando de unas vacaciones en la exótica Florida y trajo de souvenir un growler de una cervecería local que mucho ruido ha hecho últimamente, Funky Buddha, una Saison con ostiones. La combinación estaba tan poco ortodoxa que no hizo mas que despertar mi curiosidad. 


Abrimos el growler, lo compartimos y estas fueron mis notas. 

Por la alegría melancolía de que Rulo se nos va al DF se me pasó tomar foto, pero aquí una del growler y atrasito se ve un vaso con la Saison.


Nombre: Pearl Diver Oyster Saison 
Cervecería: Funky Buddha 
Estilo: Saison / Farmhouse Ale 
Alcohol por Volumen: 7.5% 
IBU: 25 
EXTRA: 300 libras de ostiones frescos. 
Cantidad: Growler de 1lt 
Procedencia: Oakland Park, Florida, Estados Unidos 


Vista: Dorada turbia con una corona pequeña blanca de ligera duración, 

Olfato: Notas funky, toques a acidez y mucha mineralidad, algunos toques de la levadura, más el especiado pero sobresaliendo la pimienta, aunque no estoy enteramente seguro si fuera onda de la mineralidad o de la levadura. 

Gusto: Acides sutil, ese sabor especiado picosón que encontramos en saisons pero con una muy sutil nota salada en paladar que a mi parecer le va bien. 


Veredicto: Muy buena, un experimento interesante para cambiar al clásico (aunque ya no tan frecuente) Stout. La nota salada aunque a varios les desagrado a mi me pareció muy interesante sobre todo para maridar. Me imagino que los ostiones usados después fueron comidos, eso estaría muy sabroso y mataría a dos piedras con un solo pájaro. 

¿Maridaje Recomendado? Por supuesto que ostiones simples es lo primero que se viene a la mente, un cebiche también le quedaría estupendo, en general mariscos nada cargados o pescados igual. 


Agradezco mucho por el obsequio, realmente nunca había probado algo así y como sigo en mi etapa de que quiero probar saisons extrañas esta llego de perlas a la ocasión. Lamentablemente para mi, a menos que vaya a Florida, no creo volverla a tomar, lástima, siendo originario de playa me da muchas ideas para comida típica de la ciudad que me vio nacer. 


Y por cierto, amigos del DF, denle una bienvenida cálida a Crónicas de Malta, va con buenas intenciones... creo. 


Nos estamos leyendo 
Eslem Torres
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miércoles, 7 de enero de 2015

Ni muy muy, ni tan tan.

Se dice mucho que nosotros los millennials (dicen que somos los nacidos de 1980 a los 2000) somos chiflados e insoportables y tal vez sea cierto, peor aun, nos estamos volviendo adultos jóvenes con hábitos de consumo y con ganas de volvernos emprendedores y en la cerveza también vamos incluidos. 


Apenas comienza el año y ya tenemos lo que a mi parecer será el mejor reportaje de la escena cervecera que habrá en el 2015, es sin duda alguna una lectura obligada. En resumen nos habla sobre como ciertos bares no manejan (en USA) cerveza de Boston Beer Company (aka, Samuel Adams) porque ya no la sienten tan "craft beer" sino que se ha vuelto un gigante más, a partir de esa premisa nos platican un poco sobre los inicios de Jim Koch y su cerveza, los hábitos de consumo de cuando iniciaron a finales de los 80's a lo que sucede ahora en los 2010's. 


Boston Beer Company es la microcervecera con mayor producción que existe actualmente. Por ejemplo, Sierra Nevada es la que le sigue en volumen de producción pero la primera la supera por el 250%. Aun así, comparándola con los verdaderos gigantes de la industria no es muy muy grande, pero tampoco es tan tan chica como para que algunos puristas la consideren aun como "craft beer" o como se le tradujo en español (y que insisto fue una mala traducción) "Cervecería Artesanal"


Siendo veinteañero entiendo mucho la idea de porque darle la espalda a Samuel Adams, recuerdo que hace años menciono Miguel Fimbres que el tomaba su famosa Boston Lager más o menos desde que yo nací y si lo creo, seguramente para muchos que leen este blog que son generacionales a mi o los que tienen hijos que rondan mi edad, nosotros no conocimos un mundo sin Samuel Adams Boston Lager, Sierra Nevada Pale Ale o Anchor Steam, esto no quiere decir que las encontremos en México en cualquier tienda de gasolinera como en los Estados Unidos, pero la realidad es que nos toco vivir en una época maravillosa gracias a esas cervezas pioneras ya que por ellas es que hay tantos micro cerveceros haciendo lo que les apasiona inspirados en esas primeras cervezas artesanales que probaron. 


Nosotros los millennials hemos crecido como una cultura desechable y lo hacemos con todo, lo quiero, lo adquiero, me aburre, lo tiro y voy a lo siguiente, ese es nuestro modus hoperandi (see what i did there :P), es lógico que con la cerveza lo hagamos, nos casamos con una marca porque congeniamos con su edge de mercadotecnia pero después de un tiempo la olvidamos y nos divorciamos para volvernos fiel a otra similar, pero diferente... eso explica mi vida romántica en un 83%. 


Lo siguiente no es broma y se me hizo exagerado, tanto que hasta me cayo mal el comentario. 


Un día con un cliente platicábamos sobre las micro cerveceras mexicanas y el defendía su postura que Minerva ya no es una cervecería artesanal porque ya es muy grande y la consigues en cualquier súper mercado hoy en día. El mismo comentario lo he escuchado de clientes respecto a otro par de cervecerías locales cuyo detractor las clasifica en non-artesanal porque las encuentras en distintos bares y restaurantes. Lo siento, pero no mamen. 


Mi desagrado al término Cerveza Artesanal no ha sido secreto y que yo defiendo que fue una mala traducción lo seguiré comentando y aquí es donde veo ese primer problema de ser llamadas así, si el consumidor no batalla para encontrarla o se entera que la fabrican utilizando elementos industrializados la ve como un producto fabricado en serie, le quitas lo adorable de la artesanía como esa pulsera que le compras al artesano en tus vacaciones por ríos exóticos de la huasteca potosina o esa joyería artesanal hecha por un hipster en su taller eco-friendly que compraste en un mercado ambulante trendy que abundan mucho últimamente en la ciudad. 



Where I struggle is with people who say: “Kurt, your beer is getting worse every day, shame on you.” We can have that conversation, but if they’re honest and they really know what they’re talking about, our beer gets better every day. There’s this continual improvement in the beer quality as the result of getting larger, but they seem to be unwilling to recognize that. You have to be small to be cute for some of these guys. 
But it’s only like 1 or 2% who take that attitude. 
One of the things that I always find kind of ironic is that a lot of time these same people who think we’re getting too big wear Nikes own Apple computers and drive Toyotas.  
The term “quality” is so misused and overused in craft beer. That 1% or 2% that Kurt referred to continually refers to Bud Light as crappy beer. Nothing could be further from the truth. It may not be the beer that I choose to drink because it doesn’t fit the flavor profile I’m looking for, but it doesn’t say anything about the quality of the beer. 

Los viejos lobos de mar de la industria siguen existiendo por algo y mucho del terreno al que nosotros nos toca llegar esta así porque esos pioneros les toco picar piedra y pavimentar el camino, hacerlos a un lado y clasificarlos como "son muy grandes para ser artesanales" es el mismo concepto de no respetar a la gente adulta solamente porque son mucho mayores que uno. Las condiciones que hay actualmente en la industria se las debemos a esos cerveceros que empezaron hace más de 20 años, no al hipster trendy que arranco el año pasado cuyo proceso sigue siendo inestable. Todo el que aspire a ser un cervecero profesional o abrir una micro cervecera debería leer el libro de Tom Acitelli The Audacity of Hops para valorar aunque sea un poquito a esos que hicieron primero las cosas y pensar y agradecer a los que en nuestro país lo están haciendo posible también que, seguramente, no es el potajero de garaje que venden en dos o tres bares porque su equipo casero no le da para más. 


Los millennials somos (y hablo en plural por mi rango de edad) muy arrogantes y no sabemos agradecer a los que llegaron antes que nosotros picando piedra, también nos aburrimos con facilidad así que vamos brincando de cerveza de moda en cerveza de moda y cuando las cosas se rompen las tiramos y compramos una nueva. 


En lo que respecta a Samuel Adams, en lo personal, su Boston Lager en lata entró en mi top 3 de las cervezas que mas disfrute el año pasado por muchas razones, la principal es su gran relación calidad-precio y que la puedo conseguir (al menos en USA) en cualquier lado. A mi eso de exclusividad me importa un bledo, si tengo antojo de algo no quiero batallar para conseguirlo, si es así voy a perder el interés muy rápidamente... y esto explica el otro 17% de mi vida romántica. 


Nos estamos leyendo 
Eslem Torres 
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