martes, 14 de julio de 2015

#beerlievers Tour of Awesome Vol. 3 – Día 2

Si aun no lees el Día 1 te lo puedes brincar, no es necesario leer el anterior, pero si te interesa leerlo puedes dar click aquí.

La mañana siguiente ya bañados y peinados subimos de nuevo al shuttle del buen gusto para llevarnos al primer destino del día, Coronado Brewing Company. Fun fact, era 4 de Julio y esperábamos llenos en las cervecerías y bares ¿se cumplió? Sigamos leyendo.

Como primero quería algo para refrescar y no ir directo a esos potajes rudos me pedí una Orange Avenue Wit, sencilla, refrescante y cumplidora. La Señor Saison, una cerveza con chile y piloncillo que tuve que comprar para traerme a Monterrey para acompañar unos chilaquiles y mis famosos y decadentes nachos. Otra de las joyas fue la Old Scallywag añejada en barricas de Bourbon, estupenda cerveza pero era el momento equivocado para probarla, demasiado potente el sabor y ya para cerrar me pedí una Gose To Charity, una Gose que sólo hizo despertarme estas ganas de hacer algo de ese estilo, estas perras ganas que ni Rey Misterio podría matar (too son?).









Otro clásico del tour (y posible última vez que los visitemos en estas instalaciones) es Alesmith Brewing Company, al cual por primera vez nos tocó llegar a tiempo para el tour en sus instalaciones y que bueno, porque el próximo año es probable que ya esté instalado Mikkeller ahí y ellos se mudan a unas cuantas cuadras (lo cual significa, el próximo año agregamos Mikkeller al tour ¡SPOILERS!). La cervecería es mucho más pequeña de lo que me imaginaba y eso explica su muy limitada producción, algo que espero para los próximos meses se vaya expandiendo. Ya en el tasting room no pensaba en caer en el error del año pasado de probar puras rudas así que mejor me fui por una de mis favoritas del año pasado: San Diego Pale Ale .394 y su versión más galletona: Hall of Fame .394. La gran sorpresa fue la Nut Brown, una cerveza que en lo particular no me causa ninguna sensación pero esta estaba añejada en barricas de Bourbon lo cual le daba una capa de complejidad que agradecí mucho pero que no era excesiva así que no llegaba a ser una cerveza para castores como me han tocado otras barrel aged. Ya para terminar me pedí mi full size de Speedway Stout porque es tradición y soy un hombre que respeta mucho sus tradiciones.






Nos despedimos, no sin lágrimas en los ojos, de esa capillita de nuestro señor el herrero esperando visitar su nueva capilla el próximo año. Subimos a nuestro shuttle para arrancar a todo gas (pun intended) hacia Green Flash ya que por 4 de Julio cerraban temprano.

El año pasado, tengo que admitirlo, quedamos algo fastidiados del tour de Green Flash no por sus cervezas (que a mí no me brillan los ojos al verlas hasta que probé esa Plum Little Freak) o por malo, sino todo lo contrario, súper explicado, súper detallado pero también súper largo. Este año si aconsejamos no tomarlo y mejor nos quedamos en el tasting room todo el tiempo para alcanzar a probar más de lo que tenían que ofrecer y la joya de la corona, unas cuantas Alpine Beer Company en el menú gracias al acuerdo que llegaron el año pasado entre estas dos cervecerías. Pues ni corto ni perezoso me pedí primero una Nelson, una de las más deliciosas IPAs que puedo probar en San Diego (si, arriba dije lo mismo de Sculpin pero la de Ballast Point si se consigue en Texas) pero la verdadera sorpresa que está haciendo que empiece a ver con nuevos ojos a Green Flash fue la Passion Fruit Kicker, una White IPA con maracuyá y brettanomyces a la cual la verdad de White IPA tenía poco pero la complejidad del aroma y sabor del brett y la fruta era impresionante.




Nunca volveré a refunfuñar de ti, Green Flash.


La siguiente parada fue Rip Current Brewing, nueva para nosotros en esto de los tours of Awesome, al menos su tasting room en North Park que también hay comida y así matábamos dos piedras con un solo pájaro. Pedí para acompañar mi comida una saison de la casa y otra American Wild Ale de Allagash, esta última con muchas notas a brett pero nada sour. No pude continuar bebiendo por un pequeño problema de mal cálculo en la comida y ordené de más y como tengo el problema de que no dejo que la comida me derrote terminé lleno pero de pizza y pan por lo que la cerveza ya no se me antojaba por ahora así que me di una ligera pausa mientras veía a los demás comer y beber alegremente. Los comentarios de los demás que asistieron fueron muy positivos a las cervezas del lugar.







Ya con panza llena y corazón contento subimos al siguiente punto, Monkey Paw Pub & Brewery pero como seguía algo lleno del Rip Current y parecía haber un evento millenial a contra esquina mejor me fui a caminar un rato, como pueden ver no soy el alma de la fiesta, not anymore. Ya que regrese me di cuenta de dos cosas, primero que su Double IPA Cornelius estaba muy sabrosa y llamada así por el personaje de El Planeta de los Simios cuyo dibujo en la pared estaba bastante chingón. Lo segundo es que muchos ya andaban bastante considerablemente bebidos por lo que pensé que el siguiente y último lugar sería un problema ya que se ha vuelto el némesis de varios borrachos porque siempre lo dejamos al final y a veces se niegan a seguirte sirviendo cerveza porque estas evidentemente intoxicado. Subimos al shuttle del mamaseo y nos dirigimos al Hamiltons.






Afortunadamente el que fuera 4 de Julio nos ayudó a que, por primera vez nos tocara un Hamiltons bastante despejado en el que pudimos por fin jugar billar y caminar sin problema, cuando la verdad esperaba todo lo contrario. Como soy un hombre de costumbres y tradiciones primero ordené mi tradicional pinta de Pliny the Elder de barril como lo dicta mi manual… la cual me duro casi toda la noche porque en serio, me sentía fatal de tanta comida y fue cuando me dije a mi mismo “mi mismo, no viniste por hambre sino por sed, recuérdalo en los siguientes días”. Hamiltons tiene algo, que no es el lugar más estético, amplio, práctico, ni siquiera el que tiene más taps o rarezas (bueno esto tal vez sí) pero hay algo en este lugar que lo hace mi bar favorito en San Diego. Dato curioso y a tomar en cuenta para el siguiente año, abrieron un brewpub al lado de este bar llamado South Park Brewing que aparentemente tiene muy poco y cuando me di cuenta ya era demasiado tarde porque ya lo habían cerrado, una lástima pero el siguiente año le doy una oportunidad.





Después de los fuegos artificiales y el cantar de muchos gringos alrededor subimos nuevamente a la van (no sin que un par de americanos borrachos se quisieran subir pensando que era un autobús de ruta) para regresar al hotel, dormir temprano porque mañana teníamos un viaje medianamente largo hacía la catedral de nuestra señora de Stone junto a otros tantos más.


Mañana el recuento del tercer día de este Tour of Awesome Vol. 3.

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