L.A. Cetto Petite Sirah 2009

In Güino Güeritas

Algunos sabrán que los Lunes yo suelo tomarme una (o varias) cervezas artesanales mexicanas como mi forma de fomentar el #adoptaunlunes pero ese día nuestro sitio fue secuestrado por el pretencioso hermano de Mr. Moustache, un tal In Güino Güeritas (en el vino hay Güeritas, verdad de Dios que si las hay) el cual nos cambio a lunes de #vinomexicano y solo por irreverente hizo el famoso #winewednesday en Lunes. Pero afortunadamente nos dejo a la producción la nota de cata del vino Petite Sirah de L.A. Cetto para que la publicáramos, aquí el cómo le fue, a palabras del güino güeritas.

Nombre: Petite Sirah 2009

Productor: L.A. Cetto

Varietal: 100% Petite Sirah

Alcohol por Volumen (ABV): 14%

Cantidad: 750ml

Procedencia: Valle de Guadalupe, Baja California, México

Barrica: Sin paso por barrica

Precio: $89 en Costco Cumbres

Vista: Es como ver el despertar del Distrito Federal en intensos matices morados, como el ojo que traes después de despertar junto a una refinada cortesana y preguntarle ¿Y tu quien eres? Y ¡zas! Bofetada.

Olfato: Tiene un aroma que recuerda a mi padre llegando a casa después de sus aventuras nocturnas, un hedor que yo mismo porto después de una alocada noche. Un inconfundible aroma a congal me dijo un pajarito.

Gusto: Un sabor a uva virgen, forjada bajo intenso sol, mezclada con abundante agua de manantial con su cuerpo aterciopelado que te acaricia el paladar. Una cerveza sin alcohol, una IPA sin IBU, un café sin cafeína, una novia sin sexo pre marital, a eso sabe.

Calificación: Un vino que se me deslizaría de los dedos, esperando paciente a un paladar que lo aprecie y lo disfrute más que lo que el mío lo hizo.

In Cervesio Felicitas

¿No les gusto? ¿Enserio? Pero si así suenan un chorro que me toca leer en Twitter y en ciertos blogs y les hacen fiesta, doble moral. Ha perdón ¿no son ustedes? Qué bueno, no me gusta la gente así. Ahora pasemos a la verdadera evaluación de este vino… Mr. Moustache Style:

Vista: Morado obscuro aterciopelado (si distingues un morado de un violeta ¿verdad? ¿Sí? Perfecto así me ahorro la explicación).

Olfato: No huele a nada extraordinario, dijo mi roommate “huele a vino y se chingo” aunque yo agregaría que también huele a alcohol, mucho alcohol. Por cierto, lo del congal fue cierto, y no me lo dijo un pajarito pero me lo dijo Miguel Fimbres vía Twitter

Gusto: Seco, seco, seco. Ligera sensación a humo. Muy insípido, no le exprimí mucho sabor, de hecho ninguno (eso quedo claro desde el primer sorbo que dije “esto no sabe a nada”), eso sí, tiene un cuerpo bien chingón, a terciopelo, suave pasa por la boca, deja esa sensación como cuando le das un beso a una mujer con gloss, pero sin lo pegostioso. Y más caliente me recordó a cuando muerdes una semilla de uva de esas que todos comemos.

Calificación: Pos ya que, no me gusto la verdad pero no está para tirarse, vaya si nos acabamos la botella, pero sin duda preferiría otro vino a cambio de este.

En fin, fue un bonito experimento y sí, solo lo hice por novedoso que quería usar ese logo que me avente hace unos días. Así que ya saben, si ven que el logo en Twitter y Facebook cambia, es porque ese día es noche de vino. Por lo pronto aun no encuentro un vino que me enamore, como he encontrado, por ejemplo, en la cerveza, bueno tal vez miento, los albariños de Rias Baixas me gustan un chingo. Díganme como quieran, pero sigo prefiriendo la cerveza, simplemente por la gente que hay en ella, somos creo, mas informales y relajados.

Nos estamos leyendo

Eslem Torres Eriksson