Aquellos que hacen cerveza casera o los que tienen una cervecería no me dejaran mentir, la cerveza sabe mucho mejor recién “salida del comal” o en este caso del fermentador (teniendo por supuesto algunas que mejoran con los años, pero son pocas) casi, casi saliendo de la
cervecería.
Como todo producto alimenticio la frescura le brinda la mejor expresión del sabor y si se deja pasar demasiado tiempo esto afectara en diversas formas ya sea por degradación natural o por mal manejo del distribuidor. Cervezas como las Lager industriales van a ser un gran ejemplo en este tema.
Seguramente han escuchado decir (o ustedes mismos fueron quien lo dijo) que X marca de cerveza no sabe igual en el DF que en Monterrey, profesando en el centro del país que la Carta Blanca es una gran cerveza mientras que ellos te dicen que sabe horrible y para ellos la Modelo es
lo mejor ¿y sabes que? Ambos tienen razón (ven como las agüitas minerales si ayudan en algo, mínimo para ejemplificar).
¡Pero como puede ser eso! Verán, quitando el hecho de que el paladar es diferente y cada gusto es subjetivo hay otro detalle que es la frescura de la bebida. Supongamos la situación: tu vives en Monterrey, casa de la Cervecería Cuauhtémoc Moctezuma y te encanta la Carta Blanca por ejemplo, pero vas de vacaciones digamos a Zacatecas y pides exactamente la misma cerveza y no, no sabe igual pero por ejemplo ordenas una Victoria la cual no es muy de tu agrado en Monterrey, peor ahí está riquísima ¿fue sugestión? Puede influir por supuesto pero tener en cuenta que ahí tiene una filial Grupo Modelo donde se produce esa cerveza y es seguro que estas tomándola mucho más fresca que lo que lo harías en Monterrey.
Esto afecta por supuesto a las micro cervecerías de igual manera siendo en algunos casos estas mas afectadas en caso que no pasteuricen o filtren sus cervezas, siendo mas propensas a una “vida” mas corta y por supuesto afectando la intensidad en sabor de algunos estilos sobre todo cuando el sabor que mas debe ir marcado es el lúpulo, como en IPA o Pale Ale americanas donde siempre se recomienda fresca pues van perdiendo esta característica. Una Cucapá Chupacabras no te va a saber igual tomándola de barril directo en el Cuca Pub que en botella en Cancún ¡JAMAS! Y eso si suponemos que el traslado y conservación por parte del distribuidor fue la mejor.
Aquí es donde tiene sus puntos negativos las cervezas importadas, que aunque por supuesto son increíble y estúpidamente deliciosas aunque vengan del otro lado del mundo, no podemos saber con seguridad su total potencial, a si la hubiéramos probado en la misma ciudad de origen, aquí es la ventaja de las cervecerías de micro producción locales sobre las extranjeras, claro, para aquellos que en verdad les gusta el sabor y no solo la imagen de estar bebiendo una cerveza importada.
Por eso las macro cervecerías tienen fabricas por varias partes del país, para asegurar la máxima frescura en su producto, por eso vemos que gigantes como Anheuser-Busch InBev, Heineken o Miller tienen plantas en varias partes del mundo, algo que las micro cervecerías no pueden hacer… o eso parecía. Sierra Nevada por ejemplo tiene en proyecto abrir una planta nueva del otro lado de Estados Unidos (ellos están en California) como estrategia de distribución y otros como New Belgium siguen esa idea; Stone Brewing Co. por ejemplo va mas allá y se planea abrir instalaciones en Europa, lugar donde sus cervezas son muy solicitadas y no llegan con la frescura que a ellos tanto les interesa (de hecho traen una campaña muy buena donde le piden al consumidor que si sus IPA no son recientes, las dejen en el anaquel, claro en Estados Unidos, en México tráiganme la que quieran aunque tenga 6 meses de vieja *¬*).
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La idea de “apoya tu cervecería local” tiene una razón y esperemos que las cosas en México se den para decir que hay, por lo menos, una micro cervecería por cada estado, claro, con producto que valga la pena.
Aunque claro, las cervezas “pesadas” son diferente (como Imperial Stout, Porter, Double IPA, Belgian Ales o Lámbicas) pero eso lo platicaremos otro día.
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Mr. Mostacho