miércoles, 30 de mayo de 2012

Todos somos críticos

A veces ya no se como reaccionar a cuando me dicen cosas como: Deberías reseñar X cerveza, la probé hace unos días pero quiero saber que opinas para ver si la probé bien. ¿Es neta? Quisiera decir que es un caso aislado pero ha llegado las suficientes veces a la producción como para pensar que lo es.

Me gusta por supuesto que mi opinión les interese, de no ser así no mandarían peticiones o simplemente no entrarían a este sitio. Sin embargo yo no veo porque mi opinión subjetiva (repite conmigo, SUBJETIVA) debería ser mas importante que la tuya amigo lector, que al igual que yo, eres un simple consumidor.

Podría entender que mis reseñas sean hasta cierto punto (y lo digo entrecomillado porque la palabra que pienso usar no es la mejor para describir lo que siento) “mas valiosa” que las comunes de “me gusta” y “no me gusta” porque doy una explicación detallada de mi experiencia lo cual creo todos podemos dar, pero eso no quita, de ninguna manera, que decir “me gusta” o “no me gusta” sea menos importante o que tu opinión no me interese ¡al contrario! Creo que es de mayor valor para el vendedor (sea boutique, bar o directo con el productor) las opiniones que dan los consumidores (que no quisiera sonar despectivo así que disculpen si se escucha así) menos preparados en el tema pues son la mayoría, son los que mas compran y son donde está el dinero. Al menos por ahora y en nuestro país.

Creo, aunque tal vez creo mal, que en el momento que damos nuestra opinión nos volvemos críticos, somos comparadores de los servicios y productos y así, comparando, evaluamos si es bueno o es malo, si te gusta o no te gusta y sobre todo, si estarías dispuesto a volver a pagar por él. Damos nuestra opinión, buena o mala, somos consumidores pero en ese momento también, nos volvemos críticos. Tal vez a nivel amateur si quieres, pero al fin de cuenta, un crítico profesional es solo un crítico al que le pagan por criticar, cuya opinión es más valiosa, pero no más importante.

Quien debe evaluar que opinión interesa mas que otra es sin duda, los mismos consumidores. Yo como lector de varios blogs puedo decir que la opinión de BeerSweden me interesa más que la de Boak & Bailey aunque eso no quita en lo absoluto que sus comentarios importen menos, solo es que para mi tienen menor interés y valor porque no soy afín a sus ideología y gustos. Al contrario están las cervecerías, ellos no deben de ser parciales y tomar bando, todas las opiniones deben ser escuchadas y consideradas pues aunque yo he tenido roces con alguna de ellas por mis comentarios tan agresivos, me ha escuchado (aunque hay algunas que prefieren decir que soy YO el del problema porque sus groupies les dicen que hicieron un producto de maravilla). Estamos hablando de una bebida, habrá gente que le guste y quienes no porque el gusto es subjetivo, aun con productos como el delicioso pan del BreAD me ha tocado gente que dice no es para tanto y se van por sus donas Krispy Kreme que deberían venir con la precaución “cómase una caja y gánese una diabetes”.

Mi gusto no es absoluto y yo evalúo conforme a él, ya los lectores decidirán si son afines a mis comentarios o no, pero eso no provoca que cuando es una cerveza bien hecha lo niegue o simplemente porque no me gusto diga que está contaminada nada mas por perjudicar, pues ¿a mi que me sirve? Yo no vendo cerveza así que no veo útil andar descalificando. Pero por favor, si una cerveza sabe a té de chacloco (el cual es un excelente cicatrizante, pero no quita que tenga un sabor bastante desagradable) y molesta en la garganta igual que uno, no esperen que lo disfrace y lo esconda. Es lo que me gusta de ser bloggero independiente. No le debo lealtad a nadie ni tengo porque quedar bien con todos y si en esta comunidad cervecera mexicana hay que ser una retroexcavadora para ser parte de ella, pues disculpen, pero prefiero mantenerme alejado, esa fue la principal razón por la cual el mundo del vino y yo chocabamos y este blog no fue In Güino Güeritas.

Si no entendieron lo de retroexcavadora es porque va más allá de un simple palero.

Me gusta la comunidad despreocupada, sin pretensiones y que no buscan glorias ni fama, mi grupo con los que suelo convivir y conbeber es de ese tipo de personas (bueno, excepto el becario de la producción pero él es una diva y le gusta ser el centro de atención y por eso pongo el link a su Twitter para que se chifle un rato y se sienta importante), con la sesiones y lo que venga después de eso intentamos mantenerlo así, relajado, jocoso y sobretodo accesible al público, dar información valiosa pero no abrumar con discursos organolépticos que a quien solo le interesa probar cervezas nuevas le va a aburrir cuando empiezas a mencionar alfa ácidos, esteres o fenoles.

Puedo ser muy payaso y algunas veces hasta pesado (que no es igual a ser grosero) pero lo que si puedo asegurar es que a mi me gusta tomar cerveza, no hacerle a la mamada. Esos están en el blog de un lado y los lectores decidirán a quien prefieren seguir.

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lunes, 28 de mayo de 2012

Brewdog/Mikkeller I Hardcore You


ZOMFG! Si ustedes son lectores de la vieja guardia o simplemente han puesto a ver los post hacia atrás seguramente se han percatado de mi adicción por todo lo que tenga Brewdog o Mikkeller en la etiqueta (que no quiere decir, necesariamente, que todo lo que he probado de ellos hayan sido unas joyotas, que hay de todo).

Esta cerveza colaborativa es más un blend que una receta nueva, ambos cerveceros tomaron una de sus cervezas, por parte del danés fue la I Beat yoU mientras que de los escoceses la famosa Hardcore IPA, ambas por supuesto cervezas estilo Double IPA. Además de la mezcla se aplico dry hopping dos veces más para darle una extra potencia a la cerveza.

¿Mezclar es bueno? Ya nos dimos cuenta con la Sorachi + Nelson que no siempre es así, pero veamos cómo le fue a esta singular cerveza.


Nombre: I (Hardcore) You
Cervecería: Colaboración entre Mikkeller y Brewdog
Estilo: Double IPA
Alcohol por Volumen (ABV): 9.5%
Cantidad: 330ml
Procedencia: Fraserburgh, Escocia
Precio: $130 en The Beer Box San Pedro

Vista: Color cobre, semifiltrada con una corona pequeña, compacta pero de buena retención color hueso. Carbonatación muy ligera.

Olfato: ZOMFG! Potente de a madre, tienes un background ligero a miel, avena, frutos secos, pasas pero el plato principal en este punto es el potente aroma a frutas tropicales sobre todo guayaba. Impresionante.

Gusto: Mind Blowing! Amargura potente, de alta retención. Así como con el aroma hay presente como complemento sabores a miel, vainilla, frutos secos, un poco a dátiles y pasas pero por supuesto que la estrella de la noche es su sabor a lúpulos, hierba, cítrico, limón, guayaba y aun bastante potente. Se nota que ya tiene su tiempecito pero más que perjudicarla le da cierta elegancia en el sabor. Estoy empezando a pensar que las Double IPA tienen muchas similitudes con las Barley Wine americanas al estar añejadas.

Calificación: ¡DE POCA MADRE! No saben cuánto tiempo tenía sin una cerveza así de chingona (solo la Hercules Double IPA de hace ya varias semanas que no puse en este blog). Sin duda vale la pena comprarla. Costosa tal vez, pero vale la pena.
¿Material para cava? En lo absoluto, no cometas el error de decir “está tan rica que voy a comprar otras y guardarlas en una ocasión especial” yo cometí ese error con la Open Windows Open Hills y me salió una cerveza aguada después de 4 meses de tenerla guardada en mi cava. NO TE HAGAS PENDEJO Y TOMATELA YA. Como puede ser que evolucione favorablemente, puede que se vaya en picada, mejor no te la juegues.
Maridaje recomendado: Que sea el cierre de tu noche, sírvela en copa gorda, vete a tu balcón y disfruta esta gran cerveza. De nada.

Hay cervezas para recordar, esta es una de ellas, como toda IPA siempre he recomendado frescura, pero casos como esta y la ya mencionada Beercules de Great Divide, me han hecho pensar que algunas Double IPA si valen la pena guardarlas un poco, claro, no quiero decir que se deba, pero creo han sido más bien excepciones a la regla que han funcionado muy bien (como por ejemplo la Dogfish 120 Minute que si recomiendan guardarla). No me atrevería a resérvala mas tiempo, cómprala, tómatela y disfrútala que así está excelente.

Solo puedo agregar que gano y por mucho, el lugar de la cerveza del mes de Mayo. I (Mikkeller + Brewdog) You.

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viernes, 25 de mayo de 2012

Patagonia Bohemia Pilsner & Weisse



Hicimos una Sesión Chelera privada en casa de Mudo Vzz con quien organizo los eventos en la cual llevamos una serie de cervezas para platicar y convivir un rato, ver como salvar el mundo, planear futuros eventos cheleros y platicar sobre que The Ultimates fue la inspiración para la película de los Avengers. Ya saben, lo normal.

Las primeras de la noche, dos cervezas que fueron traídas desde Argentina y de las cuales no había escuchado en la vida. Después de una pequeña investigación vía Google salió que son cervezas de la familia Quilmes (si, la lager industrial clásica argentina) pero que va encaminada hacia el mercado Premium, así como la Bohemia de Heineken México en nuestras tierras. Y hablando de Pilsner Checas, nuestra siguiente cerveza comparte eso con la mexicana.

Nombre: Patagonia Bohemian Pilsner
Cervecería: Cervecería y Maltería Quilmes
Estilo: Bohemian Pilsner
Alcohol por Volumen: 4.5%
Cantidad: 740ml
Procedencia: Buenos Aires, Argentina

Vista: Cerveza dorada y filtrada, carbonatación media y una corona ligera y de poca resistencia.
Olfato: Toque dulce, mas maltas presentes y ese crispy de las lagers que te advierte a que será una cerveza refrescante.
Gusto: Una cerveza bien balanceada, toque de amargura en el primer punch bien marcado, seguido de un sabor más que nada a maltas aunque bastante suave. Buena carbonatación en boca y muy refrescante.

Calificación: Muy buena, una Pilsner como debe de ser, ligera, refrescante y buena para hidratarte (y mas porque ese día venía de una pesada tarde de trabajo). Me gusto que no tuviera ese final metálico de las lagers industriales y me pareció tan buena como mi agüita de batalla que es la Bohemia Clásica. Sin duda sería una cerveza que recurriría a ella para refrescarme si estuviera en Argentina.
¿Material para cava? No, a menos que vayas de vacaciones y seas de esos coleccionistas que le gusta guardar recuerdos pues sí.
Maridaje Recomendado: Una tarde de 30°C. Aunque no sé porque se me antoja mucho para estar tomándomela mientras bailo música cubana con mi novia.

Veamos qué tal le fue a la otra que este post es 2x1

Nombre: Patagonia Weisse
Cervecería: Cervecería y Maltería Quilmes
Estilo: Witbier
Alcohol por Volumen: 5%
Cantidad: 740ml
Procedencia: Buenos Aires, Argentina

Vista: Color paja muy turbio, corona poca y nula retención.
Olfato: Toques muy ligeros a naranja o limón pero bajísimo, igual y solo era mi imaginación de lo poco potente que era.
Gusto: Insípida. Muy ligera, refrescante sí, como toda agua mineral. Muy poco a malta y trigo, ligerísima acidez por el mismo y nunca le encontré ni naranja, ni anís, ni plátano ni nada de esteres.

Calificación: Pos ya que, una witbier/weisse bastante simplona, exageradamente simplona, nada de sabor, nada de aroma pero funge su función de refrescarse. Aun así no es algo que repetiría teniendo a la Pilsner a un lado.
¿Material para cava? Igual que la anterior
Maridaje Recomendado: Pues igual y un pescadito o mariscos al natural, aunque me gustaría mucho saber que recomendarían los lectores argentinos.

Interesantes cervezas, aunque por supuesto me gusto mas la primera que la de trigo, aunque claro, al decir me gusto es decir lo mismo que opino de la Bohemia de Heineken México, una cerveza de asador. Me quedo con la duda del precio en aquellas tierras así que si algún lector de aquella zona nos pasa el dato (aunque si nos lo pone en dólares que mejor, para darnos una idea) se lo agradecería.

Bueno, al menos ya sé que pedir cuando ande por aquellas tierras ya que la Quilmes no me gusta. No es que sepa mal, sino que no sabe a nada.

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miércoles, 23 de mayo de 2012

Mezclar (no siempre) es bueno

Una de las banderas que más cuelgan las cervecerías de microproducion es la alta calidad de sus ingredientes, lo cual por default nos da un producto de mayor calidad. Eso me lo cuestiono.

Al menos una persona al mes escucho decir quiero abrir una cervecería artesanal a lo que siempre les pregunto si van a fermentar con barriles de madera y coser el mosto con leña pero me ven con cara de ¿y este pendejo de que habla? cuando lo menciono. Muchos de ellos apenas y llevan dos o tres lotes de cerveza hechos en casa con una cubeta y la olla tamalera de su mamá.

Un producto como lo es esta bebida necesita un buen marketing, pregúntenle a Grupo Modelo y Cervecería Cuauhtémoc-Moctezuma (ahora Heineken México), pero como las micro productoras prefieren dar la imagen de mas madurez y calidad para diferenciarse de los industriales que solo promueven el eres un hombre, debes tomar cerveza aguada en un bar con otros hombres porque eso, es de hombres o el típico si tomas esta cerveza una chava de curvas peligrosas y cara angelical se te va a acercar y te va a querer hacer TODO lo mas impúdico que te puedas imaginar, aunque mi favorita es la de toma esta cerveza comiendo carne asada y viendo el futbol, así cambiaras tu país. No, las cervecerías de autor no son así, juegan con otras cosas, entre ellas la que quiero tratar en este post.

Es un must en todo reportaje que he leído en México sobre esta nueva tendencia, no he encontrado uno solo que no mencione que estas cervecerías pequeñas usan ingredientes de mayor calidad, a lo que yo me pregunto ¿Qué son ingredientes de mayor calidad?

Vaya, yo se que aun en las cervezas hay razas y claro, muchos te podrán decir por ejemplo, las industriales usan extractos de lúpulo y no los pellets o la hoja entera como las micro y eso son de mejor calidad, que no es necesariamente cierto, por ejemplo, la Pliny the Elder de Russian River, la IPA con mayor fama en el mundo (tal vez solo atrás de su hermana mayor Pliny the Younger) usa aceite en su elaboración, aunque de modo parcial, pero no lo excluye.

La levadura desconozco completamente si puede existir de mayor o menos calidad, siendo un ser vivo no he encontrado una escala todavía, al menos para este microorganismo.

Con la malta si entiendo a lo que se puedan referir, siendo los granos y cereales un producto agrícola es evidente que dependiendo la cosecha puede haber alteraciones en la calidad del producto, en este caso la cebada, trigo, centeno o hasta sorgo (que he leído mucho últimamente gracias a que lo están empezando a usar mucho para las Gluten Free). Sus azucares, así como demás compuestos vitamínicos, proteicos y un gran etcétera pueden variar de cosecha en cosecha, pero como lo que mas nos interesa en las maltas son los azucares fermentables lo peor que puede pasar es que si no alcanzas tu gravedad deseada, tengas que usar mas malta.

En el agua es bastante curioso porque si hay niveles de calidad, sobre todo cuando ya te metes mucho en su mineralidad y metales que pueda traer y que influyen absolutamente en el estilo que haces, pero a nivel industrial ya se supone que tratas tu agua y no la usas como sale del poso (a menos que seas casero y tomas el agua de la llave).

Ya los adjuntos e ingredientes especiales (que hay personas que los separan como los primeros son malos y los segundos son un plus) se cuecen aparte porque puedes meterle lo que quieras. Frutas, chocolates, hierbas, infusiones de te o hasta café, así como arroz o maíz. Pero ya es abarcar mucho y apretar poco si me pongo a hablar de todo eso. Aquí solo es repasadito.

Al punto que quiero llegar y esto va directo a los que van iniciando o están pensando en abrir una cervecería solo porque les gusto la idea. ¿En verdad tienes un producto SUPERIOR a las lagers industriales aguadas que hay en el mercado? ¿Puede competir con las artesanales ya establecidas en México? No estoy hablando de tener premios, medallas y reconocimientos previo a lanzarte, sino que alguien mas aparte de tu amigo el borracho que mientras lo empedes gratis todo le gusta, no, no, no, me refiero a otros brewers o gente en que confies pueda ser objetiva te diga sabes, deberías venderla.

La analogía va de la siguiente manera, y supongamos que todas las macro cervecerías del mundo usan las materias primas de peor calidad, lo mas bajo que puedas imaginar en la escala, que no es necesariamente real, mientras que tu vas a empezar a hacer tu primer lote para vender con los insumos de la mas alta calidad del mundo, lo mas caro y hasta fresco que pudiste conseguir. Va así.

Si echas en una olla las mejores maltas, con los mejores lúpulos recién cortados, agua de manantial pura  y cristalina, después del proceso lo viertes en tu tanque de fermentación con el acero inoxidable nuevecito de paquete y le agregas el cultivo de levadura recién traído del laboratorio, después de varias semanas pasas a envasarlo con las botellas del más fino #vidriomexicano de calidad mundial hecha con la arena sílica mas pura, después de todo esto ¿Puedes asegurar que harás un producto, cuando menos, bebible?

Claro, los ingredientes son bastante importantes, pero por lo que he visto hay otras cosas que juegan un poco mas en el producto final que ellos, por ejemplo la receta, a diferencia del vino por ejemplo que con una mala uva es difícil que hagas un buen caldo. Aunque claro, esto solo es una opinión personal.

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lunes, 21 de mayo de 2012

La Chingonería Chékate Esta


Clara referencia al post #catamesta del que hablamos hace unas semanas.

La Chingonería es de esas cervecerías mexicanas que me gustan desde el nombre como por ejemplo la Amargator IPA (que solo me gustó el nombre) o su Házmela Rusa que fue una cerveza bastante buena y en lo personal la compraba seguido. Y digo fue porque la receta con la que ganaron su medalla de oro en el World Beer Cup en la categoría Chocolate Beer es una receta distinta a la que yo probé hace ya casi un año y como no la he probado no puedo decir si ‘ta mejor o ‘ta peor, aunque espero probarla pronto.

Hace tiempo escribí sobre la Blonde Ale de Ocozol que me pareció una estupenda cerveza para el verano, esas flores de jazmín y semillas de cardamomo le daba un perfil bastante agradable que me recordaba mas a una witbier, un estilo que me encanta en la primavera/verano. Un malandrín me comentó que si me había gustado esa cerveza debía probar la nueva Pilsner de la Chingonería, que sin duda iba por el mismo perfil. Ya que la encontré en el Beer Box más cercano (bueno, esto es mentira, pero no me gustaron los otros) me hice con unas y esto fue lo que paso.

Nombre: Chékate Esta
Cervecería: La Chingonería
Estilo: Bohemian Pilsner
Alcohol por Volumen: 6%
IBU: 40
Extras: Cardamomo orgánico mexicano
Cantidad: 355ml
Procedencia: DF, México
Precio: $42 en The Beer Box San Pedro

Vista: Dorado ligero, filtrada, nula corona y un lazo bastante pequeño. Carbonatación media.
Olfato: Aroma medio a medio-fuerte, abunda un aroma cítrico, un poco a anís pero encuentro más aroma dulce de granos en su potencia. Bastante agradable y se me hacía agua la boca.
Gusto: Cardamomo all ova da place! Nunca lo he probado solo pero no puedo culpar otro ingrediente de ese sabor a hierba que me recuerda más a infusiones o te que al que da el lúpulo. La amargura era bastante potente pero en el sentido de incomoda pero vuelvo a lo mismo, por el cardamomo. Cuerpo ligero y carbonatación en boca regular, final seco y para nada refrescante ya que esa incomoda sensación a herbolaria mataba el gusto.

Calificación: Pos ya que, fue interesante probarla, me quité la curiosidad pero sin duda es un one night stand y los 4 que la estábamos probando coincidimos en lo mismo. En el flyer de presentación la ponen como una perfecta cerveza de diario, pero su 6% de alcohol y ese incomodo sabor herbal no la haría mi cerveza para tener siempre en el refrigerador.
¿Material para cava? No
Maridaje Recomendado: Aunque creo, tal vez erróneamente, que esta cerveza sería ideal para acompañar comida, ya que podrías cortar ese sabor que a mí no me gusto con alguna comida de perfil dulce y aumentar las características. Esto es un ejemplo simplemente.

No, la verdad no me gusto, pero para ser justo las Pilsner me gustan ligeras, refrescantes, cuerpo ligero y con sabor al saaz clásico europeo, o sea, me gusta lo clásico. Yo la verdad no creo volver a comprarla.

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viernes, 18 de mayo de 2012

Minerva RILA

Minerva hizo una nueva cerveza colaborativa ahora con un grupo de bicicleteros tapatíos, desconozco completamente todo el proceso que hubo atrás pero para la nota puedes entrar aquí.

Minerva es a mi muy humilde opinión, el primer paso del tecatero hacia las cervezas diferentes. Son amigables al paladar mainstream, un precio bastante competitivo y tienen buena presencia en varios supermercados, es un paso natural. Esto mismo provoca en mí que ya no sea tan asiduo para comprar cervezas de ellos pues aunque son cervezas de diario o de asador, bastante buenas, yo no tomo todo los días y normalmente cuando abro una botella busco algo mind blowing. Pero dejémonos de protocolos y vayamos a lo importante.

Nombre: Rila
Cervecería: Cervecería Minerva
Estilo: Red Ale / Amber Ale
Alcohol por Volumen (ABV): 4.88%
Cantidad: 660ml
Procedencia: Jalisco, México
Precio: $58 en The Beer Box San Pedro

Vista: Color cobre filtrada, corona pequeña que desaparece rápido y deja pequeño lazo. Nula carbonatación.

Olfato: ¡A CABRÓN! Potencia media a media fuerte a algo que no me había tocado encontrar en ninguna Amber/Red Ale, maltas tostadas, chocolate y café con leche. Me recordó mucho a una Brown Ale.

Gusto: Cuerpo ligero a medio, al final del paladar deja la sensación similar a cuando tomas café negro, ligera retención en boca. Amargura bien balanceada con el sabor a maltas tostadas y presente para complementar.

Calificación: Muy buena, bastante amigable para el paladar tecatero aunque ellos dirán que está bastante fuerte, sin embargo no es una cachetada que los espantaría.
¿Material para cava? No
Maridaje recomendado: Un T-Bone no muy marinado.

Una cerveza típica de Minerva. Ligera, suave y a muy buen precio, un gran eslabón para los que buscan algo nuevo pero no le quieren entrar tan pronto a las India Pale Ale o Imperial Stout. Aunque he de admitir que se volvió la Minerva que más me ha gustado, sin duda no te va a decepcionar.

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martes, 15 de mayo de 2012

Mudo Vzz Martinez presenta: Sesion Chelera 002 con Mr. Moustache


“porque una no es ninguna, continuamos con la cervezangelización”


Vamos por la segunda ronda. La primera resulto un éxito, se lleno en los primeros días el cupo y lamentablemente hubo banda que se quedo fuera. Así que a la buza caperuza, actúen rápido y separen su lugar, ya saben: conforme vayan llegando los correos se va ir llenado el cupo y para confirmar hay que hacer el depósito del anticipo (100 pesitos, no es nada y es quincena ;) )
Para los que se quedaron con la duda, en la sesión pasada probamos Cucapá Chupacabras, Weihenstephaner Hefeweizen, Duvel, Young's Double Chocolate Stout, Cucapá Runaway y la rareza de la noche Aecht Schlenkerla Rauchbier, una cerveza que la mayoría coincidían en que sabe y huele a tocino. Seguimos abriendo paso en el mapa cervecero probando la mayor cantidad de estilos que podamos.
Esta selección seguro es variadita como la primera... y varias sorpresitas en el camino.

$250. Costo de recuperación.
Miércoles 30 de Mayo 2012
8:00pm
Lugar: San Luisito Restaurante Bar (a un costado del Museo de Historia, en el Paseo Sta. Lucía). Estacionamiento por Diego de Montemayor a espaldas del Museo.
Dirigida por Mr. Moustache autor del blog In Cervesio Felicitas.
 
CUPO limitado
Separa tu lugar 
vazquezlb@gmail.com
 
Line up:
Lambic
Witbier
Brown Ale
Doppelbock
Altbier
Strong Ale

ADVERTENCIA: después de estas cervezas cualquier lager industrial te sabrá a agua mineral y tu paladar quedará arruinado ¿te atreves?
Incluye: Mapa cervecero (variedad es la chispa da vida), Guía de las cervezas a probar.

lunes, 14 de mayo de 2012

La Trappe Quadrupel


Quad, ese estilo que me cuesta mucho trabajo aceptar (así como las Black IPA ¿alguien mas ve la ironía en ese nombre?) pues es una gran mentira mercadológica inventada hace no mucho tiempo. Pero para fines prácticos mejor no lucho con el sistema y lo acepto, hay cosas por las que no vale la pena pelear.

Ya comente en un post pasado que me chifle como quinceañera con Jonas Brothers al enterarme que ya las podía encontrar aquí en Monterrey así que después de una bastante  grata Dubbel que me sorprendió, siguió la hermana mayor. Veamos como le fue a esta cerveza.

Nombre: La Trappe Quadruppel
Cervecería: Bierbrouwerij De Koningshoeven
Estilo: Quadrupel
Alcohol por Volumen (ABV): 10%
Cantidad: 330ml
Procedencia: Berkel-Enschot, Holanda
Precio: $56.90 en HEB Humberto Lobo

Vista: Color rubí, bastante mas clara de lo que imaginaba. Corona pequeña de muy poca retención pero deja un lazo bien presente, el clásico encaje belga. Mucha carbonatación.

Olfato: Azúcar morena, caramelo y frutos secos, un toque ligero a clavo y coriandro, el alcohol se nota bastante.

Gusto: Caramelo, un poco a plátano, levadura y especias. Final muy seco. El alcohol no se siente en el sabor pero calienta bastante el cuerpo. Cuerpo muy espeso. La amargura está presente (lo cual se me hizo raro en una quad) pero es de las que solo dan un picor inicial bastante fuerte y desaparece rápido.

Calificación: Buena, una Quad bastante regular pero que no me dejo mas que una cara de indiferencia. Me quedo mil veces con la Dubbel de La Trappe.
¿Material para cava? Las Quad tienen en mi opinión uno de los mayores potenciales de maduración en cava que hay. Yo tengo dos de estas en la bodega del peligro para ver que pasa aunque he de confesar que seguro duraran mucho tiempo ahí guardadas.
Maridaje recomendado: Como es otro estilo que no me gusta y no profeso voy a irme a lo fácil recomendando los clásicos como acompañando un lechón a la griega.

La sentí como si fuera su Dubbel con esteroides, pero se les paso la mano. Para mi que no soy fan del estilo (pero me ha gustado mucho la St. Bernardus Abt12, Monk’s Elixir o la Quad que hizo Jimmy de los Regios Maltosos) no se me hizo la gran cosa y es probable que no la vaya a comprar seguido. Sin embargo creo que valdría mucho la pena probarla a la par de otras del mismo estilo para ver como se comportan.

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viernes, 11 de mayo de 2012

Negra Modelo


Si una cervecería se ha empeñado últimamente en querer mostrar su lado más “artesanal” ese ha sido sin duda Grupo Modelo ¿apoco no han visto esos comerciales queriendo dar a conocer el proceso de elaboración de cerveza? Donde le dan en la madre es en su “fermentamos por X días, Y horas y Z minutos” o sea ¿neta? ¿Una lager en menos de una semana? Si, ellos y las demás Macro cervecerías pueden hacerlo, los mortales seguimos con nuestros métodos tradicionales.

También se han puesto a meter publicidad en Twitter vía personajes de la gastronomía que se echan su tweet como “tomándome una Negra Modelo, la mejor cerveza de México, hecha por mexicanos, para mexicanos”. En fin, Grupo Modelo sin duda puede pagar muchos de esos.

No voy a negarlo, yo también caí en sus garras cuando vivía en mi pueblito bicicletero donde la Modelo es la cerveza por excelencia. Sin embargo aun ahora me creí su publicidad y dije ¿Por qué no? Digo, a la Bohemia le he dado algunas oportunidades y vendría siendo su competencia directa así que veamos cómo le va a la Negra Modelo.

Nombre: Negra Modelo
Cervecería: Grupo Modelo
Estilo: Munich Dunkel (según ellos, a mi me parece más una Viena Lager)
Alcohol por Volumen (ABV): 5.3%
Cantidad: 355ml
Procedencia: ¿? Es un misterio sabor de que planta llego esta botella
Precio: $68 el 6-Pack en HEB Gonzalitos

Vista: Color cobre parecido a un té helado. Mucha carbonatación pero una espuma muy ligera color blanca.

Olfato: Ligero casi imperceptible, daba toques a caramelo y azúcar morena. Nada que hacer aquí.

Gusto: Un cuerpo medio, bastante más denso que el de las otras lagers industriales, muy carbonatada en boca pero el sabor era nulo y la amargura muy ligera, me dejaba la sensación de haber tomado agua.

Calificación: Pos ya que, es una cerveza industrial como cualquier otra cerveza industrial, de esas que a 0°C en un día de verano con un calor exterior de 35°C te viene de perlas, como un buen vaso de agua.
¿Material para cava?: LSHIDMTAMSFO… ¡no!
Maridaje recomendado: No se, pregúntenle a esos Chef de alta gastronomía que tanto la promocionan, ellos han de saber más que yo en ese tema pues al parecer la toman frecuentemente.

¿Qué mas agregar? Una lager industrial cualquiera, nada que hacer aquí.

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miércoles, 9 de mayo de 2012

La religión y el arte de comer

Líos con la gastronomía han tenido las diversas religiones que se arrogan la facultad de fijar los límites entre la santidad y la perversidad, aunque quepa decir también que el catolicismo se conduce en ese campo con manga tan ancha que hoy se gastan un dineral en comer lo que la Iglesia prescribe para los días de ayuno. El puritanismo calvinista, en cambio, llevó las cosas hasta los extremos de la más refinada sevicia, y su prédica resultó tan eficaz que un caballo y un puritano (independientemente de sus profundas diferencias racionales) llegaron a tener en común su despreciable incapacidad para la gula.

Estrictas y profundas son las implicaciones entre religión y gastronomía, pues si bien nadie ha tenido la ocurrencia de levantar un tempo sobre una mesa, se da el caso de mesas tan suculentas que más que templos parecen basílicas o catedrales. Pero como no entra en mis cálculos hacer proselitismo religioso, me concretaré a señalar que mientras los pueblos católicos comen bien los protestantes lo hacen deplorablemente, y peor cuando más activa sea su tradición puritana. Que en muchos lugares de Estados Unidos e Inglaterra no se sirva copas en día domingo es rescoldo de la tradición religiosa que considera malo beber vino, sin que les quite el sueño confirmar que Jesús no bebió agua sino vino en la Última Cena¹. Inmersos en los principios religiosos que los virtuosos peregrinos trajeron a bordo del Mayflower, los Estados Unidos comen y beben mal a pesar de ser dueños de todo el dinero del mundo, en tanto que los católicos comen y beben bien, aunque para este fin tengan que alquilar su territorio para que los americanos defiendan la democracia contra el comunismo ateo y materialista.

Los pueblos al sur del río Grande comen bien (cuando pueden hacerlo) gracias a que la religión no levantó ante sus sentidos una serie de tabús y así también los españoles, franceses e italianos comparados con ingleses, suecos y noruegos. Es verdad que Alemania y los países escandinavos ingieren alcohol en grandes cantidades, mas cabe señalar que en tales países la religión dominante no es el puritanismo sino el luteranismo, secta que por instrucciones de don Martín Lutero dejó la puerta abierta a ciertos goces: “Wer nicht liebt Wein, Weib und Gesang, der iste in Narr sein Lebens lang”, escribió, o sea que quien no ama el vino, las mujeres y el canto será un imbécil para toda su vida. De esa base tan civilizada partió el protestantismo, mas por desgracia nuevos reformadores surgieron una vez rota la unidad cristiana, y al humanísimo Lutero siguieron monstruos como Calvino y Zwinglio , enemigos ensañados en todo placer posible. Con ellos nació el puritanismo, una religión que no deja comer ni beber con dignidad humana, como tampoco permite hacer el amor como Dios manda. Me parece lógico que los huesos de Calvino y Zwinglio crepiten hoy en el fuego eterno, y no tanto por ahorcar y quemar a tanto mártir del placer cuanto porque, sin proponérselo, fueron los precursores de ciertos brebajes, gaseosos y embotellados, que vician las papilas y menoscaban las metas alcanzadas por el hombre desde que abandonó sus hábitos de chimpancé apenas futurible. Un tipo de ese estilo fue Cotton Mather, teólogo y pastor bostoniano que se tomo la molestia de aprender el castellano para escribir, en 1699, una Institución destinada a que los españoles de América se convirtieran “de las tinieblas a la luz, y de la potestad de Satán a Dios”. De Mather se dice que reclamó la horca para un cristiano que tuvo la osadía de besar a su propia mujer en día domingo, especie que, de confirmarse, nos llevaría a concluir que el feroz pastor se hallaba bajo los efectos de alguna bebida de cola bien fría.

Es un hecho que la religión incide en la mesa y el vino, como lo es también que afecta la actitud del hombre frente al arte en general. Que el Renacimiento se produjera en Italia y no en Noruega dista de ser una casualidad, y así también que Goya naciera en España y no en Suiza, pues no sería concebible que la Maja Desnuda se hubiese pintado en Zúrich, a pocos pasos de la parroquia en que predicó Calvino. Católico fue en cambio quien por primera vez en la era cristiana dejó a un lado los escrúpulos para esculpir o pintar desnudo el cuerpo de la mujer, arte tan impúdico para puritanos como el de comer y beber. Un suizo de Berna, digamos, come sin que en esa función intervenga para nada el paladar, y en cuanto a los ingleses, relata Julio Camba que cierto día comía en Londres como lo que era (como un español) cuando su casera le reprendió: “¡Pero míster Camba, come usted en una forma verdaderamente impúdica!” Lo impúdico consistía en que Camba comía por gula (hasta donde la gula y una comida inglesa puedan llevarse), y ponía los ojos en blanco cada vez que daba un sorbo del vino francés que había comprado en la tienda de la esquina. Ningún puritano entendería el profundo aforismo de Brillat-Savarin: “Invitar a alguien a comer equivale a encargarnos de su felicidad durante el tiempo que permanezca bajo nuestro techo.” Los puritanos, cuando nos quieren hacer felices, nos llevan al templo para que el pastor nos endilgue un sermón.

El asco religioso hacia el arte de comer y beber ha conducido a varias aberraciones, una de ellas la llamada nutriología. Que en los Estados Unidos expliquen cuántas y qué clase de vitaminas contiene lo que ingiere delínea esa actitud recelosa, con pretensiones científicas, que pretende hacernos comer lo que sirve al organismo y no lo que nos eleva a Dios por el placer de los sentidos. De acuerdo con tal criterio pervertidor es natural que lo más semejante a un comedero norteamericano no sea un cocinero sino un médico. Días Plaja, siempre agudo, escribió que los seres más admirados por un buen yanqui son su perro, su médico y Jorge Washington, de donde el libro más interesante para ellos habrá de ser el que verse sobre el perro del médico de Jorge Washington.

La nutriología es repugnante por supuesto, como todas las ciencias que acechan la ocasión para entrar a saco en lo poco espiritual y humano que nos queda, más peor todavía que esa ciencia es la siniestra costumbre del quick lunch y del fast drink, espada de fuego que los puritanos blanden actualmente sobre los pueblos católicos, venganza sin justificación por cierto ya que, a partir del día en que la Armada Invencible de don Felipe II se hizo cisco contra los arrecifes ingleses, las ganan de todas todas y no hemos vuelto a levantar cabeza. Tal vez no sea pues venganza sino envidia, pues del mismo modo que el capitán despechado gritó “¡Sálvese el que pueda!” para que sus rivales fueran pasto de tiburones, así también los puritanos inventaron el quick lunch y el fast drink al caer en cuenta de que no contaban con paladares católicos para gozar manjares y vinos. La envidia es sin duda un pecado despreciable, arma de muchos filos en mano de los poderosos.

Con el quick lunch y el fast drink los puritanos mataron por lo menos dos pájaros de un tiro, pues respetaron su tradición religiosa y dieron la lata a los “papistas”. Parece natural que si durante siglos se les dijo que gozar con manjares y vino era pecado, ahora coman y beban vertiginosamente para que no se entere Dios Nuestro Señor. En cambio esos españoles que pasan horas frente a una o varias copas de chichón no dejan lugar al descuido divino, y estarán condenados sin remedio. Más ya es tiempo de decir que el quick lunch y el fast drink sirven a los fines de una hipocresía positivamente nauseabunda, el fast drink sobre todo, pues si en algún caso puede justificarse la prisa en el comer no tiene sentido en cambio beber un vaso de vino, un licor, un Martell Cordon d’Argent o un Carlos I como si nos fuera a dejar el tren.

Los amagos puritanos sobre la gastronomía no se reducen por supuesto a los mencionados sino, con la misma perversión, al empleo del agua no ya para lavarse las manos sino para ingerirla a la hora de comer. Quien haya concurrido a un restaurante norteamericano (o bajo la influencia yanqui, que los hay en todo el mundo), sabe que lo primero que el camarero lleva a la mesa es un vaso de agua, y con hielo para mayor escarnio. Muchas veces me he preguntado si la costumbre es sólo bárbara, o si esconde una bien calculada maquinación para adormecer las papilas de la víctima a fin de que pueda ingerir sin protesta cualquier bazofia. De ser lo último, los yanquis habrán llevado a los restaurantes la técnica que practican sus hospitales, consistente en provocar enfriamientos agudos y repentinos para insensibilizar la porción de epidermis que va a ser objeto de alguna laceración. Una vez que usted se ha colocado entre pecho y espalda un vaso de agua con hielo en tales comederos, su paladar quedará debidamente tratado para que no distinga entre una hamburguesa con cátchup y unas finas enchiladas o una ternera de Ávila en su propio jugo adornada con endivias. Mas sea infernal maquinación terapéutica, sea pura supervivencia de principios religiosos, el vaso de agua con helo es el gran obstáculo para que yo pueda pasar una temporada en los Estados Unidos, país admirable por tantos conceptos, entre otros porque sus urinarios huelen a ice cream soda de vainilla, y los ice cream de soda de vainilla a urinarios positivamente deliciosos.

Es incuestionable que hasta el reino animal han llegado los conflictos religiosos de los humanos, pues yo puedo certificar que los gatos practican el catolicismo, y que los perros son protestantes todos. Si usted desea comprobar la exactitud de mi descubrimiento observe funciones de sus respectivas vidas. Durante años sospeché esa diferencia al advertir la inclinación de los gatos por la vida muelle y la de los perros por la vida activa, mas confirmé mi sospecha cuando mi mujer compró un sustituto cárnico (el llamado protoleg), que el perro engulló ávidamente en tanto que el gato se redujo a husmearlo, cubriéndolo después con tierra, como suele hacerlo con sus propios desperdicios. Ya en punto de absoluta convicción hice un última prueba: llevé al gato una dosis de caviar beluga Romanof, que primero olfateó como refinado gourmet y comió luego con verdadera unción, mas cuando al siguiente día le serví un poco de Plumfish, ese sustituto del caviar que ahora se vende “artificially colored and flavored”, el felino dio media vuelta y se retiró asqueado. Experiencia tan concluyente me convenció de que gatos y perros profesan no sólo credos religiosos diversos sino excluyentes, todo ello confirmado por el hecho de que los gatos apenas si beben agua, y eso porque nadie les ha ofrecido media botella de vino.

En Castilla se dice con profunda sabiduría: “Si encuentras vino, bebe vino. Pero si encuentras una fuente de agua fresca y cristalina… ¡bebe vino!”² Por esa convicción tan sabia, en países cultos como Italia, Francia y España jamás le recibirán en la mesa con un vaso de agua, y mucho menos con hielo. Allí usan el agua para bañarse (y muy poco), sin dar pie a suponer que un líquido indicado para usos agrícolas y ganaderos pueda ser objeto de consumo humano. Pueblos que (confío) nunca incurrirán en la refinada hipocresía de exhibir un vaso de agua sobre la mesa como certificado de buena conducta, que a eso equivale tal práctica en los restaurantes de los Estados Unidos y en las mesas “oficiales” de los políticos mexicanos, pues aun los de costumbres más depravadas sólo beben en público agua mineral, o cuando más, en los extremos de la orgía, aguas de chía, melón y guanábana

Extraído del libro Nueva Guía de Descarriados (1977) de José Fuentes Mares

²Me gustaría cambiarlo por “Si encuentras cerveza, bebe cerveza. Pero si encuentras una fuente de agua fresca y cristalina… ¡HAZ CERVEZA!”

lunes, 7 de mayo de 2012

La Trappe Dubbel


Tengo que admitir que me tarde en descubrir que ya vendían cervezas La Trappe en Monterrey, mas en específico en cierto HEB (y semanas después la vi en un Wal-Mart) pero obviamente no por mi zona así que nunca me iba a dar cuenta sino es porque me dieron el pitazo. Digo, no es como que voy a surtir la despensa hasta San Pedro.

Las cervezas trapenses se distinguen por varias cosas y la más importante es que están hechas dentro de una abadía y fabricada por monjes, de no ser de esta manera no pueden poner el sello de Autentico Producto Trapista (información a detalle en este link). Una característica también que podríamos agregar es que hacen cervezas fuertes, al menos yo jamás he probado una cerveza Trapista que diga es amigable al paladar tecatero.

Después del scoop fui a hacerme con las tres que están manejando en el supermercado para ver que tal están y aprovechando que estaba en los días santos y tenía que rendirle un tributo a Athör de alguna manera abrí la Dubbel y paso lo siguiente:

Nombre: La Trappe Dubbel
Cervecería: Bierbrouwerij De Koningshoeven
Estilo: Dubbel
Alcohol por Volumen (ABV): 7%
Cantidad: 330ml
Procedencia: Berkel-Enschot, Holanda
Precio: $50.50 en HEB Humberto Lobo

Vista: Color frambuesa ligeramente turbia (a menos que la sirvas completa y se vayan los sedimentos, entonces se vuelve bastante turbia) con una corona color hueso claro de media retención y una carbonatación bastante activa.

Olfato: Potencia ligera, encontramos azúcar morena, candy, un aroma a levadura y alcohol presentes, un poco a café también se muestra.

Gusto: Azúcar morena, frutos secos, especias y clavo. Cuerpo espeso, final bastante seco y una retención en el sabor de media a alta.

Calificación: Muy buena, me sorprendió bastante ya que por default las Dubbel no me gustan y siempre suelen estar o sobre especiadas o muy dulces, algo que en esta cerveza supieron balancear muy bien.
¿Material para cava? Estilo Dubbel, condicionada en botella, obscura y con mucho alcohol. Si tengo que decir algo mas es porque NO has leído este artículo.
Maridaje recomendado: Voy a irme por lo fácil ya que al ser un estilo que no frecuento y no soy gran fan no me molesto en buscarle los paring cuando las tomo, pero bien podría sugerir el clásico de Dubbel + Costillas de puerco ahumadas.

A los primeros tragos me pareció una cerveza bastante equis para mí, que de todas formas a aquellos que gusten de las Belgian Strong Dark Ale (como la Chimay Blue) se les haría fabulosa. Conforme pasaron los tragos la fui sintiendo mejor y he de admitir que me gustaría repetirla como cerveza de primavera, para un viernes después del trabajo pero antes de irte de fiesta. O también te la puedes llevar a la fiesta, en Wal-Mart Gómez Morín vi que también manejan las botellas de 750ml con corcho, si te quieres poner fancy.

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Mr. Moustache

viernes, 4 de mayo de 2012

The Session #63 – A ver ¿Como era?

No tengo ni la mas remota idea que quiso decir Pete Brown (uno de los escritores mas respetados en al actualidad en lo que respecta al cerveza) cuando propuso este tema para la sesión de este mes, pero este fue el post de cuando lo anuncio.

Por lo que entendí va ligado al mes anterior (la sesión #62) donde discutimos que nos motiva a los beerbloggers a escribir. Brown discute que realmente el interés profundo por el tema en el campo real es inexistente y lo podemos ver cuando visitas cualquier bar, de hecho se atreve a afirmar que los blogs de cerveza solo son leídos, pues, por otros bloggeros de cerveza. Él insiste en que lo que realmente trasciende es el momento cuando te la tomas, no el pensar en sus características organolépticas, mucho menos en su efecto de sedante en nuestro cuerpo, para nada, él ve lo que pasa a tu alrededor, lo que sientes en cada sorbo, la alegría del momento (a menos que estés bebiendo porque te acaba de dejar tu novia, por lo que ya no sería tan alegre).

A mi eso me parece completamente absurdo pues en mi situación solo tengo dos formas de beber cerveza, la primera y la que menos disfruto es cuando tomo para calificar organolépticamente una cerveza, lo que vendría siendo las evaluaciones que aquí escribo. No me mal interpreten, me encanta escribir del tema, sino no tendría este blog, pero siendo sincero me gusta mas disfrutarla como cualquier mortal que preocupándome por buscar virtudes, sabores detrás así como sus defectos y desviaciones.

Cuando estoy evaluando me pongo bastante quisquilloso, odio que haya mucho ruido a mi alrededor, que haya aromas y olores muy fuertes cerca (dígase perfume, olor a “carne asada”, cigarro u otra cosa que pueda alterar mis circuitos) o simplemente que me molesten en mi ritual. ¿Por qué? Pues si me lo estoy tomando en serio también me gusta hacer las cosas lo mas adecuadas posibles. Podrán creer que es demasiado protocolo y lo es, pero así me gusta evaluar lo que tomo.

En otro lado está cuando quiero echar una cerveza al final del día o con amigos, me importa un carajo ponerme a buscar sus sabores y aromas, que tanta potencia tiene, si va acorde al estilo y demás preguntas que me hago al catar. Simplemente abro una botella, sirvo en un vaso y a disfrutar haciendo cualquier otra cosa, ya sea platicando con otras personas, escuchando un buen disco, viendo una película, pre, durante y post snu-snu, leyendo un libro o acompañando mi comida, vaya, cosas donde la cerveza pasa a segundo plano y es un acompañante mas que un estelar. Esto es lo que me gusta más.

Algo en lo que tampoco coincido con Brown es que dice: aunque tomemos vil Corona azorrillada o una Imperial Stout añejada en barricas de bourbon con mierda de zarigüeya (me imagino que se refiere a esta cerveza) se trata del momento más allá que el líquido mismo. Vaya no se ustedes pero para mi, aunque solo quiera una cerveza para terminar el día me importa mucho si es una Corona o una Beer Geek Brunch Weasel, sobre todo por el clima y de que traiga ganas.

Por ejemplo ahora que empezamos los calorcitos se me antoja muchísimo unas witbier, blonde ale, saison, pilsner y hasta hefeweizen alemanas, que si me llega algún amigo diciendo bebamos una Tokyo lo voy a mandar de regreso por donde vino pues ¿Quién va a disfrutar una Imperial Stout de 18.2% de alcohol debajo del sol a 40°C? Lo mismo pasa cuando estamos en invierno y me invitan unas Witbier, a 10°C se me antojan las Tripel, Brown Ale, Porter, Imperial Stout y Belgian Dark Ales.

Hay claro estilos que yo disfruto todo el año como Pale Ale, IPA, Gueuze o Bock pero si tengo preferencias dependiendo la situación.

Creo que hay momentos para todo y se que no todo el mundo aplica el protocolo de cata ya que usan la cerveza como acompañante, de su conversación, de su comida o de alguna actividad lo cual si, es mas trascendente que la bebida misma. Me encantan esos momentos pero creo que los mismos no necesariamente tienen que ir ligado a la cerveza, puede pasar exactamente lo mismo con un café por la mañana con tu novia (acompañando deliciosos hot-cakes om nom nom nom), una jarra de limonada natural con tus sobrinos, un Godivatini con tu ligue en el bar de moda o con latas de agüita mineral amarilla a la orilla del rio en vacaciones con tus amigos.

No se a que se refería Pete Brown al proponer el The Session de este mes, pero esto fue lo que yo entendí.

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Mr. Moustache

miércoles, 2 de mayo de 2012

#catamesta

La diferencia entre cata y degustación (ambas palabras se me hacen muy fanfarronas) es a mi parecer mucha y creo que nosotros mismos tenemos la culpa del malentendido.

Alguna veces me han leído decir organizamos una cata refiriéndome a que nos juntamos amigos y yo a probar cerveza, pero pensándolo ahora es un termino bastante equivocado. La mayoría de las veces lo único que hacemos es platicar, si acaso comentar que nos pareció la cerveza (o el vino, también lo hacemos, pero el proyecto de In Güino Güeritas nomas no despegó) pero mas allá del me gusta y no me gusta o llegar a sus características organolépticas jamás.

En otras ocasiones juntamos raza para iniciarlos a este mundillo y prueben cervezas nuevas y diferentes, llevarlos a algo nuevo y desconocido, y que mejor que guiados por alguien que conoce dos que tres cosas más que lo básico del tema (y no me vengan con que me creo experto porque no es así, pero es absurdo decir que no se absolutamente nada de lo que a este blog concierne). Estas por supuesto que tampoco serían catas porque se trata de probar variedad, conocer cosas nuevas y ver que hay algo más que las macro lagers.

Podría decir que lo más cercano a lo que definen como cata que hacemos en los In Cervesio HQ serían las evaluaciones que aquí publicamos, pero prefiero evitar decirles así porque, como comenté al inicio, se me hace una palabra por demás fanfarrona.

Ustedes lectores se que son un grupo compuesto por mucho tipo de gente, también se que hay foodies, sibaritas winegurus leyéndome y a ellos sobre todo me gustaría hacer una pregunta:

¿Qué definen como una cata?

Ya saben que yo estoy peleado con toda la terminología elitista, prácticas pretenciosas y costumbres clasistas en lo que a la cerveza se refiere (también me caen gordas en el vino pero ese tema ya es un caso perdido, no le puedes ganar a la historia), pero tampoco soy obstinado y terco como para decir que si no piensan lo mismo que yo están equivocados.

Algo que he hecho últimamente y me ha gustado mucho ha sido armar degustaciones con gente que no tiene ni idea de que había cervezas más allá de CCM y Grupo Modelo porque miras en realidad la sorpresa que les da al tomar el primer sorbo. Una práctica que queremos empezar a hacer más frecuentemente e iniciamos con las “Sesiones Cheleras” que organizamos Mudo Vzz Martínez y yo, depende como veamos la aceptación e interés del público es el que tanto las repetiremos.

Recuerdo que este conflicto interno nació alguna vez que fui a una cata de vino organizada por un restaurante donde no se nos explicaba nada de las características de la uva, lo que tenia que presentar, datos mas técnicos para lo que yo creo sería una evaluación. De hecho nada más era probar y probar y probar. Me sentí estafado pues pensé que aprendería algo nuevo, no que sería como comprar varias botellas con amigos y probarlas todas a ver cual gustaba más. Desde entonces juré que si algún día yo también iba a mentirle a la gente, al menos me inventaría una forma nueva, como por ejemplo, creando un personaje.

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Mr. Moustache